Centro Europeo de las Mujeres Mariana de Pineda - Agenda:
Inolvidades: Clara Campoamor
Horario de visita: Divulgación web
CLARA CAMPOAMOR
Nació en 1888 en Madrid. Hija de una modista y de un administrativo de un periódico, quedó huérfana de padre a los 10 años de edad, por lo que tuvo que hacer frente a la precariedad económica trabajando en diferentes oficios. Con 21 años ganó las oposiciones para auxiliar de Telégrafos y, cinco años más tarde, consiguió una plaza pública como profesora de taquigrafía y mecanografía en Madrid, donde empezó a tener actividad en círculos intelectuales y feministas.
Fotografía de Clara Campoamor en la web de
CATÁLOGO COLECTIVO DE LA RED DE
BIBLIOTECAS DE LOS ARCHIVOS ESTATALES
del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Unos años más tarde comenzó sus estudios académicos, licenciándose en Derecho en 1924; siendo así la segunda mujer en ingresar al Colegio de Abogados de Madrid -poco tiempo después de Victoria Kent-. Su implicación en la
defensa de los derechos de las mujeres y en otros aspectos políticos fue en aumento durante aquellos años: dando conferencias, fundando la Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas en 1929 o asumiendo la defensa judicial de algunos de los sublevados en Jaca en 1930.
En las elecciones de 1931 -que darían carta de naturaleza a la formación de la segunda república- las mujeres aún no habían logrado el derecho al voto, si bien sí podían ser elegidas como representantes; de modo que Clara Campoamor salió como diputada por Madrid en las listas del Partido Radical. Este acontecimiento le permitió llevar su lucha al terreno legislativo, poniendo sobre la mesa todo un programa en pos de los derechos de las mujeres: la regulación del divorcio y de los nacimientos extra-matrimoniales, la abolición de la prostitución y por supuesto, la implantación del sufragio femenino. Sin embargo, su consecución no fue tarea fácil; los diferentes intereses de los partidos implicados -e incluso las disputas dentro de las mismas agrupaciones- dieron lugar a un clima de profunda controversia entorno a la aprobación del voto femenino. Síntoma de la complejidad de este panorama político fue el conocido enfrentamiento entre Victoria Kent y Clara Campoanor -como principal defensora de su aprobación inmediata, aún con el desacuerdo de sus compañeros de partido-. Finalmente el articulo 34 del proyecto constitucional que recogía el derecho universal al sufragio sin distinción de sexo fue ratificado ese mismo año, permaneciendo vigente hasta el fin de la segunda república.
El hecho de no resultar nuevamente elegida en las elecciones de 1933, junto con los desacuerdos con su partido o el clima de represión propiciado por el gobierno conservador, la llevó a ir distanciándose del panorama político hasta que en 1936 tuvo que exiliarse a causa del golpe militar. Trabajó como traductora en París hasta 1955 y como abogada en suiza hasta su muerte en 1972.