Carmen de los Mártires
La concepción original del Carmen de los Mártires: un jardín de jardines
Aunque a primera vista parece un jardín fragmentario, suma de jardines y huertos desconectados, el Carmen de los Mártires es una unidad en la que cada pieza cumple una función perfectamente definida.
Entre l858 y l86l se realizan, casi en su totalidad, los jardines. El propietario, el banquero Carlos Calderón, encargó el diseño a un especialista que, aunque su nombre aún no ha sido desvelado, era sin duda de formación francesa, seguramente relacionado con la jardinería que se realizaba en los Reales Sitios y seguramente la misma persona que recomendó al primer jardinero que cuidó sus cultivos, un jardinero francés que fue mimado por el propietario, que dispuso para él y su esposa, también francesa, una amplia casa dentro de la propia finca, junto a la Alhambra.
El planteamiento del diseñador era claro, primero en la disposición de los espacios que como dictaban los habitos de la jardinería culta, tenía parterres ornamentales alrededor y cerca del edificio, tras ellos una franja de bosquetes y finalmente en los sitios mas alejados o de más difícil acceso, zonas de huertas con frutales y hortalizas. Hasta aquí lo normal en las grandes fincas ajardinadas de la epoca .Más especial fue la idea de como tenían que ser los jardines: se decidio hacer una colección de jardines muy diferentes. Los llamados jardines de jardines son escasos en la historia de la jardinería y responden a una vocación coleccionista de sus propietarios. Con precedentes en la Villa Adriana que se hizo el emperador romano en Tívoli, a lo largo de la historia han existido algunos jardines que han querido representar diversos países, ecologías, épocas... El caso de los Mártires es especial pues cada jardín representa un tipo diferente de los variados estilos de los jardines históricos: un jardín barroco "francés", un jardín “a la inglesa", un jardín "paisajista", un jardín "español (árabe o granadino)".
Esa voluntad de un diseñador de jardines de mitad del siglo XIX nos regala hoy la oportunidad de tener en un mismo espacio una auténtica lección de historia del jardín. Con la salvedad de que una de las piezas, el Jardín Español, desapareció en 1960, y las otras son a veces difícilmente reconocibles pues, como pasa en los viejos jardines, el tiempo ha desviado sus plantaciones a formas distintas de las que tuvieron en el pasado.