Descripción: | Representación monocromática y verticalizante del entramado urbano del barrio del Albaicín, en la obra se ha sabido reflejar la disposición reticular de sus calles, los entrantes y salientes o rompimientos de la línea recta edificatoria, la tendencia a una construcción sencilla, que en nada acusa una pretensión estética en sus viviendas, siempre de dos alturas a los sumo, así como el empedrado característico, y en sí, el carácter rural del urbanismo que nos compete. La obra, intencionadamente contemporánea, lo refleja en la esquematización del trazo, como en la construcción del referido empedrado, hecho a través de líneas sinuosas indefinidas. El curso de una calle, en primer término, flanqueada por edificios en sus dos aceras, de mayor altura en el lado derecho, pero en todo caso de líneas sobrias, paramento horadado, huecos para ventanas y tejado a dos aguas, da paso a un ensanche de comedido tamaño, con una casa en el frente, ya en segundo plano, por el que camina una figura presumiblemente femenina, de oscuras vestimentas a juzgar por el trazo. Al fin, el último plano es la vista de las techumbres inclinadas de otras construcciones y un cielo pardo coronándolo todo. Tiene el grabado un marco en madera de tonalidad caoba y liso, que se vuelve más oscura en los ángulos, y un passe-partout verde junto a otro blanco. |