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Noticia
Exposición de CORAL CAÑIZARES
CORAL, LA BAILAORA DE PINCELES.
“Que no Tatiana, no has tenido una niña…has tenido una bailaora”.
Puede que realidad exagerada. Pero debió aproximarse mucho a la primera conversación entre la tierna abuela Mariquilla y la embelesada y primeriza madre, Tatiana.
Coral vio su primera luz en el florido mayo de 2.004. Rodeada de amor, de compás y de genes flamencos, Coral tenía el destino escrito en las estrellas. Mami, Mariquilla, Tatiana…”Coral Cañizares, bailaora flamenca”. Pero la nieta de Mariquilla decidió hacerle un regate a su destino escrito y, seguramente, a los anhelos y deseos de sus familiares.
Mejor un óleo que un tablao. Y un pincel en vez de un traje . Eso debió pensar Coral, que ya con seis años sorprendió a sus profesores de colegio con un trabajo pictórico. Hasta el punto de que su propio padre tuvo que certificar la autoría de Coral, ante la extrañeza de sus educadores. Con el convencimiento y apoyo de sus padres –fue duro olvidar a la deseada Coral bailaora-, la pequeña artista accede a su primera escuela de pintura, donde encauzar su extraordinaria sensibilidad. De ello se encargó la profesora Estefanía Gámez. Posteriormente, técnicas de pastel y carboncillo en la Escuela Municipal de Pintura de Gójar, de manos de Mar De la Torre ,como una forma de abrir nuevos caminos en la inspiración de la pequeña artista. Los premios y reconocimiento no se hicieron esperar. Sensibilidad, técnica, imaginación…calificativos grandes para una niña/artista que crece cada día. Así lo han certificado desde el tristemente desaparecido David Zaafra o Carmen Garrido Perez Manzuco Directora de Restauración del Museo del Prado. Ambos eligieron un calificativo que asusta y promete: genial. Así es la Coral pintora.