Ayuntamiento de Granada
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AGRUPACIÓN DE VOLUNTARIOS

Revista GR-0: número 5
Sección05 Rincón del aspirante
TítuloHistoria de la navaja victorinox
Esta herramienta de usos múltiples es muy recomendable en el equipamiento de los Voluntarios de Protección Civil, de ahí que me haya decidido a escribir este Rincón del Aspirante dedicándolo precisamente a ella. Se trata de una herramienta de precisión que puede sacarnos de muchos apuros en determinadas situaciones y que, combinada siempre con nuestra capacidad de improvisación e ingenio, puede resultarnos decisiva en muchas de ellas. Para la elaboración de este artículo me he basado en el titulado “Un ingenio de bolsillo”, de Rudolph Chelminsky, aparecido en la Revista Selecciones en Septiembre de 2002. También he consultado información en internet relativa a “Victorinox”.


Investigando sobre esta curiosa herramienta he podido encontrar anécdotas muy curiosas, como que el doctor canadiense John Ross la utilizaba para realizar amputaciones quirúrgicas en Uganda, o como el caso de Joe Tasker, quien en el Everest y sepultado por una avalancha, a punto de morir asfixiado, utilizó su navaja para rajar la tienda de campaña justo antes de perder el conocimiento, lo suficiente como para lograr poder respirar; también hay casos de paracaidistas para los que la “Victorinox” ha supuesto la supervivencia al enredárseles, en pleno salto, los cordinos del paracaídas, pudiendo cortar éstos y accionando el paracaídas de reserva. Hay también quien ha utilizado su “Victorinox” para esculpir juegos de ajedrez, etc.

Ciertamente, la cantidad de usos de esta herramienta se puede decir que no tiene fin. Desde pelar patatas hasta abrir latas o botellas, cortar con la tijera, coser, apretar tornillos planos o de estrella, o tuercas, sacar corchos, etc., todo ello según los distintos modelos existentes que incluyen más o menos funciones pero siempre con la misma buena calidad de acabado y materiales en ellas empleados.

Su actual gerente es Karl Elsener, quien en tercera generación y a sus más de ochenta años, dirige la empresa familiar, fundada por su abuelo en 1884. Según él mismo comenta: “Nosotros no fabricamos armas. Nuestras navajas tienen una o dos cuchillas, pero el resto son utensilios. Lo que fabricamos son herramientas de bolsillo”.

La historia de “Victorinox” comenzó en 1891. El cuchillero Karl Elsener, hijo de un sombrerero, fundó la Asociación Suiza de Cuchilleros con el fin de crear puestos de trabajo y de fabricar dentro de su país la navaja para soldados destinada al Ejército suizo después de que el mismo introdujera nuevos alimentos enlatados para casos de emergencia y adoptara un rifle que requería un destornillador para montarse y desmontarse, una tarea básica que tienen que hacer todos los soldados. Situada en Ibach, el Cantón de Schwyz, cerca de la cumbre del Mythen, fue ese el inicio de la actividad de “Victorinox”: la fabricación de la “Navaja del Soldado”, que incorporaba una cuchilla, un destornillador para el rifle, un abrelatas para los víveres y un sacabocados para las sillas y arneses de cuero. Los soldados suizos aun la siguen utilizando.

Al principio, Karl tuvo que luchar para mantener su pequeño negocio de navajas y perdió dinero en su primer contrato con el ejército. Al cabo del primer año sus colegas cuchilleros renunciaron porque una empresa industrial de Solingen, Alemania, podía fabricarlas más baratas. Sólo Karl Elsener continuó, pero perdió todos sus ahorros. Algunos familiares le ayudaros e hicieron posible un arreglo de reducción de adeudo y se evitó la quiebra. La “Navaja del Soldado” era muy robusta pero relativamente pesada, por ello desarrolló y fabricó la “Navaja del Oficial”, más ligera, más elegante y que además incluía más funciones, registrándola legalmente el 12 de Junio de 1897. Aunque no se incorporó al equipo oficial del ejército suizo, tuvo un éxito inmediato y fue adquirida de forma particular por los oficiales en las tiendas: la empresa se ponía de nuevo en marcha, comandada ahora exclusivamente por Karl.

En 1909 y tras la muerte de su madre, llamada Victoria, Karl Elsener eligió su nombre como marca de fábrica. Cuando el acero inoxidable, inventado en 1921, comenzó a utilizarse, a la marca primitiva “Victoria” se le añadió “Inox”, designación internacional del acero inoxidable, resultando de la unión de ambas palabras la designación de la firma “Victorinox”.


Los descendientes de Karl han estado añadiendo funciones y mejorando el sistema de fabricación desde entonces, con un espíritu alegremente innovador que parece reproducirse en los genes de los Elsener. Existen más de cien modelos distintos, tan cargados de artefactos inteligentes que la gente de “Victorinox” ha perdido la pista de quién inventó cada cosa.

La empresa tiene actualmente una plantilla de 960 trabajadores y constituye el mayor negocio en el Cantón de Schwyz. Su gerente se siente orgulloso de que la empresa nunca haya despedido a ningún trabajador como consecuencia de la recesión bajo su mandato. Para él su vida son las navajas y piensa en ellas las veinticuatro horas del día.

El segundo uso que suele darse a la navaja del ejército suizo son las urgencias médicas. Además del caso de las amputaciones en Uganda que ya cité antes, también existen muchos más, como realizaciones de traqueotomías, drenajes, etc. Incluso hay quien, en la Guerra de Las Malvinas salvó su vida gracias a que su “Victorinox” detuvo una bala, como es el caso del comandante de la Armada argentina Diego F. García Quiroga. Su navaja está expuesta en una placa en la Base Naval de Mar del Plata.



A todo buen producto siempre se le trata de imitar, unas veces con mas acierto que otras. La competencia de “Victorinox” en Suiza se llama “Wenger”, con una línea de navajas militares extraordinariamente similares a “Victorinox” e igualmente de gran calidad. Sin embargo, caso aparte lo constituyen las imitaciones chinas, de las que Karl Elsener dice que son “cinco veces más baratas, pero veinte veces peores”, perjudicando la reputación de su empresa porque muchas personas las confunden con las auténticas. Además de la clásica cruz blanca de su marca y situada en uno de los cachetes, podemos distinguir las auténticas porque en la hoja de la cuchilla principal presentan, impreso sobre el acero, el nombre de la casa.

Las drásticas medidas de seguridad empleadas con motivo de los atentados del 11 de Septiembre de 2001, especialmente en aeropuertos, hizo que las tiendas libres de impuestos que existen en los mismos y que constituían un importante punto de venta de las mismas no pudiesen continuar con la venta de las mismas, cayendo éstas en un 30%. Para evitar esto la empresa está trabajando para tratar de solventar el problema del embalaje con unas nuevas fundas de plástico impermeable que no puedan abrirse sin un instrumento como un abrelatas (o una “Victorinox”).

Cuantas más funciones se añaden a las navajas, más pesadas se hacen éstas. Las más completas son las del ejército suizo, destacando la que aporta 33 funciones, desde un lanza anzuelos hasta un bolígrafo. Este prodigio de la inventiva en el diseño de esta clase de herramientas se encuentra expuesto actualmente en la Colección de Diseño del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Existen funciones en estas navajas muy curiosas y quizás no tan habituales en las que tenemos vistas en nuestro día a día. Hay navajas que incorporan altímetro, cronómetro con despertador incorporado, bolígrafo, linterna y la “Herramienta Cibernética”, que posibilita la conexión a un ordenador, pues con la miniaturización de la electrónica existen nuevas posibilidades para añadir nuevas funciones. Este increíble mundo de las “Victorinox” parece no tener límites e incluso hay rumores sobre teléfonos móviles incluso con dispositivos detectores incorporados para satélites GPS.



Evolución de esta utilísima herramienta.

No parecen necesarias todas estas funciones, pero las “Victorinox” representan el soñado artilugio secreto que se esconde en el corazón de cada hombre que no ha abandonado del todo sus fantasías infantiles de ser un soldado, un escalador o un explorador, preparado para afrontar cualquier situación de emergencia y vencer cualquier peligro. Por todo ello cualquier modelo de “Victorinox” es garantía de calidad, buenos materiales y perfecto acabado, constituyendo una herramienta de trabajo importante para nuestra labor en la calle y en el campo. Su versatilidad y funcionabilidad le confieren una personalidad propia dentro de este tipo de productos. Es también una buena idea para regalar (o ser regalado) en estas próximas fechas.


FELIZ NAVIDAD A TODOS Y QUE EL 2003 NOS TRAIGA UN AÑO CARGADO DE BUENOS SERVICIOS.

José Fernández,18454


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