Ayuntamiento de Granada
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AGRUPACIÓN DE VOLUNTARIOS

Revista GR-0: número 3
Sección07. Megaartículos
TítuloPerros de salvamento y rescate.
PorJosé Fernández Ramos. 18454).


Hemos visto recientemente a raíz del atentado terrorista del pasado 11 de Septiembre, la importante labor que los perros de salvamento y rescate pueden desarrollar a la hora de salvar vidas humanas. Lo que a continuación sigue está extractado del libro El Pastor Alemán, de Pablo A. Montiel, editado por Tikal Ediciones. En este libro, además de encontrar unas extraordinarias fotografías, podéis ampliar información, no sólo centrada en la raza Pastor Alemán, sino en general para todas las razas que puedan presentar características de especial adaptación a este tipo de actividades.

Dentro de las cualidades físicas del perro, además de la agilidad y la resistencia, hay que hacer especial mención a dos de sus sentidos: olfato y oído. Como ya es sabido, la agudeza olfativa del perro es muy superior a la humana. Esto es debido a que gran parte de su cerebro (la octava parte) y la mayor parte de la superficie de su nariz, están dedicadas al olfato. A todo ello hay que añadir unas excelentes cualidades olfativas: gran poder de agudeza (sobre todo en olores de origen orgánico, como el sudor de una persona), poder discriminatorio (capaz de distinguir varios olores y concentrarse en uno determinado), y memoria olfativa (basada en la repetición). De ahí que no sea de extrañar la capacidad de algunos canes para localizar víctimas de aludes sepultadas a 10 metros de profundidad.

En el sentido de la audición, al igual que en el caso anterior, nos encontramos en clara desventaja frente al perro: son capaces de escuchar sonidos de menor intensidad y localizar la fuente incluso a largas distancias, cualidad muy útil en la búsqueda de personas enterradas bajo escombros.

Con respecto a las características psíquicas, el temperamento del perro es quizás la cualidad más importante y la que más nos interesa, incluso a pesar del amplio y variado mosaico de caracteres que existen entre las diversas razas, e incluso entre los diversos individuos. Los rasgos que más nos interesan son:

-Disposición: interés por el trabajo, pasión por el juego.
-Motivación: con buena respuesta a los estímulos y motivaciones (voz, caricias...).
-Energía: perros activos, con buena salud y muy resistentes.
-Sensibilidad: se necesitan perros con una sensibilidad moderada, sociables y equilibrados, que no muestren signos de miedo ni agresividad, con buena habituación al miedo.

Es por tanto necesario un perro con temperamento estable y ecuánime, que tenga un buen vínculo de unión con su guía y sea capaz de adaptarse y responder a muchas situaciones en principio extrañas, que se le van a presentar (sirenas, fuego, descenso de helicópteros...).

Es requisito indispensable que el animal seleccionado no arrastre ninguna enfermedad congénita, hereditaria o adquirida, pues el desgaste en su trabajo podría hacer empeorar su estado de salud. En las Secciones de tierra (rescate de avalanchas, derrumbamientos, catástrofes naturales, búsqueda en grandes áreas, etc.), se seleccionan ejemplares de mediano tamaño, de tal modo que los desplazamientos en los medios de transporte sean rápidos y seguros –así como los posibles descensos en helicóptero-, con una buena capa de pelo si va a trabajar en la nieve. El mayor porcentaje lo ocupan las razas de pastoreo, siendo el Pastor Alemán el que cuenta con mayor representación.

Si hablamos de trabajo en el agua, hay que hacer una referencia obligada a las dos razas que creo que son las más adecuadas: Terranova y Leonberger. Ambas tienen un subpelo abundante que se seca rápidamente y que no se impregna demasiado de agua, lo que lo haría excesivamente pesado. Además, sus dedos están unidos por una membrana interdigital característica, que les ayuda a ser unos extraordinarios nadadores. Por todos es conocida la existencia de ejemplares de otras razas que trabajan en este medio prestando una maravillosa ayuda, pero tenemos que reconocer que en ocasiones hay que realizar una serie de actividades que podrían convertirse en un verdadero calvario o en un imposible (como el arrastre de una barca, por ejemplo).

El Grupo Voluntario de Rescate nace, generalmente debido a la inquietud de un grupo de amigos, conocedores de la valía del perro en su utilidad para trabajos de rescate y a su deseo de transmitir esos conocimientos, encauzándolos a formar un equipo dedicado a colaborar al bienestar de la sociedad. De carácter no lucrativo, engloban a personas con diferentes actividades profesionales. Preparados y dispuestos para intervenir en la ayuda de personas en dificultades, colaboran con los organismos oficiales que para estos casos están creados (Protección Civil, Cruz Roja, Bomberos, organismos policiales, etc.). La gran responsabilidad que conlleva la preparación del binomio guía-perro de un equipo de rescate, para su posterior operatividad, les obliga a ir pasando, escalonadamente, una serie de pruebas que en su punto final determinará el sincronismo del binomio para ser operativo.

Las características generales del guía son: ser mayor de edad, haber pasado un examen médico y estar vacunado contra el tétanos, tiendo un espíritu deportista. Deberá aprender primeros auxilios, técnicas de orientación y supervivencia, radiotransmisión y técnicas de escalada. Ade,ás debe ser una persona constante y disciplinada en el trabajo, habilidosa, paciente, buena observadora de su compañero y saber sacar rápidas conclusiones de sus actitudes mientras trabaja, con una gran capacidad de entrega y sacrificio, buen control de los nervios, aceptando las dificultades y los riesgos, así como los problemas psicológicos que conllevan las catástrofes, con una clara idea del trabajo en grupo y con amplias ganas de superarse.

La base del entrenamiento del perro de rescate es el juego y la relación con el guía. Se le debe acostumbrar desde joven al ruido de coches, sirenas, ruidos estridentes, aglomeraciones de gente, distintas situaciones atmosféricas (lluvia, nieve, calor, etc.).

En las avalanchas, la mayoría de los expertos coinciden en que el papel de los perros es fundamental para localizar a las víctimas de estos aludes. En España, el principal peso de los rescates y servicios de socorro tanto en montaña como en estaciones invernales, es soportado por los distintos Grupos de Rescate e Intervención de Montaña (G.R.E.I.M.) del Cuerpo de la Guardia Civil, cuyos guías deben superar el curso de Guías de Perros de Avalancha, además de tener las cualidades exigidas para desarrollar su especialidad de esquiador-escalador en montaña y gozar de buenas condiciones físicas y psíquicas. El guía deberá transmitir a su perro seguridad y tranquilidad, además de una actitud de concentración y búsqueda, lo que hará que el animal trabaje de forma contínua sin tener que repetirle órdenes. Cuando un perro marca en una zona, el guía debe acudir con la sonda y sondear varias veces el sitio marcado; si toca víctima, inmediatamente avisa a los paleadores y mientras desentierran a la víctima, el guía en cuestión debe sujetar al perro por el collar, manteniéndole al borde del agujero, alabándole constantemente. Cuando la víctima es reanimada, el perro debe verla y olerla, y en ese momento, si no hay más víctimas, se le debe dar el premio. El rescate en una avalancha es una labor muy penosa, por la dificultad de extraer a las víctimas con vida. No obstante, la presencia de los perros supone siempre una puerta a la esperanza.

El perro de catástrofes, al igual que cualquier otro perro de salvamento, trabaja siempre con su conductor, pues sólo es eficaz con su guía. Debe estar bien acostumbrado a trepar por escaleras y desenvolverse sin dificultad entre los escombros. Si durante el trabajo en el lugar de una catástrofe, un perro señala un punto donde posiblemente esté localizada una víctima, el guía marcará el lugar y retirará al perro para que pase otro y comprobar si también confirma en el mismo lugar. En el caso de ser de nuevo señalado el punto, se notifica al personal encargado de las excavaciones y el conductor reemprenderá el trabajo con el perro suelto.
Aunque no es lo habitual, refiriéndonos al salvamento acuático, hemos de señalar que existen casos de pastores alemanes dedicados a este tipo de rescate. Aquí el método no se basa en la agudeza olfativa del animal, sino en la dificultad para zambullir al perro en el agua y salvar la vida de la persona. Para este tipo de rescate son necesarios perros con una gran afinidad por el agua, corpulentos y de gran resistencia para que, al rescatar a la víctima, no se hundan debido a la fuerza que hace el que se está ahogando causada por el pánico.
El perro, ataviado con un arnés o un salvavidas, se lanza al agua a la orden de su guía. La víctima toma el asa del arnés y, siempre sostenido por el perro, será arrastrada hasta llegar a tierra. En el caso de encontrarse la persona inconsciente, el perro optará por agarrar un brazo con su boca suavemente, llevándolo a nado hasta la orilla, donde será atendida.

Dentro de los perros policías, hablaremos en especial de los perros detectores de explosivos, que, ajenos al peligro que corren y a la increíble e importante labor que desempeñan, constituyen un elemento fundamental en el trabajo que realizan los Grupos Especiales de Desactivación de Explosivos. Su efectividad en las misiones es casi de un 100% y son por ello la herramienta de trabajo más fiable. Seguros y valientes, se juegan el tipo diariamente localizando bombas para salvar vidas humanas. Su selección es lo suficientemente rigurosa para poder obtener ejemplares que acepten y terminen el adiestramiento correctamente. Además de tener buena salud, fuerza y vitalidad, deben poseer otras cualidades: buen comportamiento, atrevido, valiente y audaz; muy activo pero sereno, siempre estará alerta e inquieto ante todo lo que le rodea; de talante emprendedor, demostrará osadía en los lugares que le sean desconocidos y estará permanentemente dispuesto a cumplir todo lo que se le pida: saltar a superficies elevadas, pasear por lugares ruidosos, subir y bajar escaleras, etc. Sin ser un perro agresivo con el resto de las personas, sí debe poseer una actitud indicativa de que está convencido de que el espacio que ocupa le pertenece. Es el tipo de perro que, en estado salvaje, dominaría a su manada y defendería su posición. Con un instinto de caza elevado, debe mostrar verdadera pasión por cobrar objetos. El guía, además de poseer unos buenos conocimientos cinófilos, debe conocer perfectamente qué es un explosivo, los diferentes tipos (exógeno, goma 2, trilita, etc.), cuáles se encuentran con mayor frecuencia, así como las posibles trampas que los terroristas colocan, para que el perro no las accione a su paso.

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