| Descripción: | Retrato sedente, de pose lateral del político, restaurador de la causa borbónica, instaurador del bipartidismo español y presidente del gobierno, Cánovas, este malagueño trascendental en la vida de la España de la época, resultó muerto en un atentado, en agosto de 1897, justo cuando el autor, firma este retrato, por lo que estamos ante una pintura que sería encargada antes, y que, con destino a la galería de retratos de notoriedades del Ayuntamiento de Granada, por estar en ese momento ocupando el puesto de Presidente, se pensara colgar en una de las Salas Nobles de Plenos, Comisiones o Despachos institucionales de la Casa Consistorial. De formato verticalizante, en primer término, vestido íntegramente de negro, con abrigo abotonado por debajo de las rodillas bajo el que asoma una camisa blanca de la que se ven los puños y cuellos, y parte de una corbata también negra, vemos al protagonista. Descansa su brazo derecho sobre una mesa de escribanía de madera oscura, con los paneles frontales tallados. En ella, libros apilados en un montón, documentos y apuntes. La mano izquierda, la apoya en el muslo. Está mirando hacia el lado izquierdo del espectador, luciendo el bigote y perilla de moda entre la alta sociedad del momento, canosas como el pelo, que escasea en la frente. Sobre la nariz, un binóculo sin montura, que ha pasado a conocerse como "Quevedos". Tras él, los frescos que decoran la estancia, reproduciendo una obra clásica que alegoriza con una figura femenina, como la "musa de la poesía épica", tal como la definiera Hesíodo, a ella y a las otras ocho, en su teogonía. Es por aparecer con una tablilla y un estilete, Caslíope. En aquella época, será muy común esta decoración del "neogrecolatinismo". El marco, tallado con relieves vegetales y geométricos, es de madera y está sobredorado. |
Plegar todo
Desplegar todo
