Descripción: | Recreación de una escena intimista desarrollada en el interior de una estancia, en ella, un caballero vestido al uso de la época, de espaldas al espectador y de pie, mantiene una actitud de afeitarse, o al menos de acicalamiento, reflejándose en el espejo que tiene enfrente y en el que se mira. El suelo está alfombrado, por medio de un tejido de franjas rojas y verdes que actúan como punto de fuga compositiva, siendo esta vertical. La pared del último plano, queda decorada por un papel de apariencia sedosa en color albero que se decora con un brocado que desarrolla formas vegetales estilizadas. Una sencilla mesa, usada como aparador, de patas sinuosas y nudetes, en color blanco lacado, se ubica delante de la figura. Encima, el espejo, bordeado por una madera oscura con picas en los lados y una decoración de tallos que se corona en una orla entorno a un óvalo. En él reflejado, la cabeza del señor, que se lleva las manos a la cara y que queda cobijado por un cortinaje rojo, el mismo que debiera estar en la zona del espectador, no representado debido a la perspectiva diagonal de la obra. A la derecha de la mesa, un sillón de tipo isabelino en madera oscura con el respaldo y asiento tapizados en un damasco intenso. Viste el caballero un chaqué negro, con la cola hasta las pantorrillas, por donde aparecen las medias blancas. El marco, es una complicada fórmula de tallas perladas, molduras y filamentos, todo ello en color oscuro, y una sencilla parte dorada. |