Descripción: | Composición vertical con escasa concesión a un fondo pictórico, sólo visible en la zona superior, donde un cielo azul y grisáceo, con oscurecimiento de la paleta que tiende a los ocres, sirve de ruptura de la escena, desarrollada en un interior, en el que posa el sacerdote y pedagogo Andrés Manjón. De pie, ocupando el lado de la derecha y todo el protagonismo, gira su cabeza hacia abajo, dirigiéndose a la talla de la izquierda del espectador. Un cortinaje replegado al gusto de la factura barroca, oculta parcialmente ese "ventanal" improvisado, permitiendo que, por la zona izquierda que ocupa, se vea el arranque de una columna sobre basa de fuste liso, en apariencia, de mármol. A la izquierda, una consola de madera, vestida con un tapete verde y galón dorado en su perímetro, sirve de sostén a varias cajas, una de taracea, dos candeleros con sus respectivos cirios, un jarrón de porcelana con flores en color blanco y rojo, y en lugar preeminente, la talla de pequeño formato de la iconografía de la Inmaculada, que sobre peana piramidal truncada, base de nubes con cabezas de querubines y apoyada en media luna, nos permite ver, aunque esté en acusado perfil, su saya blanca con estofados, manto celeste y coronada por una pieza de plata y oro del tipo de coronas llamadas reales, esto es, un canasto del que nacen los rayos y estrellas. El Venerable Padre, se gira para contemplarla. Viste sotana negra bajo la que asoma la camisa blanca, y se cubre con capa desde los hombros. La mano derecha descansa sobre la consola. La izquierda, soporta un libro rojo. Peina canas y su actitud es afable y distendida. La obra tiene un marco de madera con filamentos dorados, y en las esquinas, óvalos de bronce. |