Descripción: | Lienzo de muy creativa factura barroca, se divide en dos planos jerárquicamente ordenados por la altura. De un lado, aprovechando así el formato verticalizante del conjunto, la zona inferior queda ocupada por doce figuras, que han sido revestidas a la manera hebraica, aunque escogiendo acabados exquisitos en la recreación de los tejidos, que son los Apóstoles y María Magdalena, ya que falta del primigenio Colegio Apostólico, Judas Iscariote. El autor sustituye al "traidor" por la de Magdala, de rodillas, casi en el centro de este plano inferior, con un lienzo entre las manos. Escenifican los doce, el Tránsito de la Virgen desde la muerte, a su milagrosa Asunción en cuerpo y alma, por designio divino, al Reino de los Cielos. Se dividen en dos grupos de seis, siendo el ordenador espacial de estos, el arranque del plano superior, haciéndolos coincidir simétricamente con él, de manera que el artista ha trazado una doble composición, en uve para esta parte del cuadro, truncada, como veremos, en la que le continúa. Destaca el color de las telas de las vestimentas de los discípulos, en especial la grisalla del blanco de la túnica de San Pedro, el que más próximo queda al espectador en el grupo de la derecha. Articulan los brazos, señalan hacia arriba, y muestran una especial jovialidad, como la del joven San Juan, el más cercano a Santa María Magdalena, que esboza una sonrisa al conocer que la Madre del Mesías no ha muerto, sino que va hasta los Cielos. Sobre ellos, dispuestos, como apuntamos ya, en forma de pirámide truncada, una decena de ángeles, con infinidad de escorzos distintos, desarrollados anatómicamente con precisión, se afanan por elevar la nube en la que descansa, sedente, y con los brazos gesticulantes hacia arriba, la Virgen. A las alturas conduce su mirada, vestida de blanco y azul, con una greca de oro sobre el pecho. La rodea, por fondo pictórico, una gama de dorados de destellos, un rompimiento de gloria que inunda de luz, como contraste con otras zonas, la obra. A los lados, y en este sitio, donde la oscuridad es más pronunciada, dos ángeles en el lado de la izquierda, sostienen ramos de azucenas, símbolo de castidad y pureza mariana. El marco, juega con los espacios dorados y los que se barnizan en color oscuro, tallándose su madera con recursos vegetales, como las hojarascas, y formas geométricas decorativas. |