Derechos Sociales
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La Mujeres Cuentan. Distrito Albayzin 2019: Exposición: Historias Mujeres del Albayzin
HISTORIAS DE MUJERES DEL ALBAYZIN
Esta exposición busca recoger una parte de la memoria colectiva y las historias de vida de las mujeres mayores del Albayzin, a través de los relatos de las protagonistas. Con ello se pretende poner en valor y dar visibilidad a la labor tan importante que han desarrollado en nuestra sociedad, así como reconocer las desigualdades sociales y de género que han enfrentado a lo largo de sus vidas.
Se trata de un homenaje a las mujeres mayores del Albayzin, y a todas las mujeres de ésta generación, que con sus prácticas y su ejemplo han contribuido a hacer de este mundo, un mundo mejor.
Este proyecto ha sido realizado por el Centro de Servicios Sociales Albayzin, Concejalia de Derechos Sociales, Educación y Accesibilidad, y financiado por el Servicio de Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento de Granada, Concejalía de Presidencia, Empleo y Emprendimiento, Igualdad y Transparencia.
Con la colaboración de IES Albayzin, alumnado de segundo curso del Ciclo Formativo Técnico Superior en Iluminación Captación y Tratamiento Imagen, en la realización de las fotografías.
La exposición se podrá visitar en distintos centros y entidades públicas, ya que va a estar expuesta de forma itinerante para su difusión durante un año.
Se puede visitar en la página web del
Ayuntamiento de Granada
Estas mujeres son mayores de 60 años, nacidas entre las décadas de los 40 y 50, que han pasado la mayor parte de su vida en el distrito Albayzin, en las barriadas de Fargue o Albayzin. Es una generación de mujeres que se socializó en un sistema patriarcal basado en los roles tradicionales de aquella época y en unos valores y normas morales que se han ido modificando con el tiempo, pero han sabido adaptarse a los cambios, teniendo al mismo tiempo muy presentes las duras condiciones en las que pasaron su adolescencia y juventud.
Se han encargado principalmente del sostenimiento de la vida y de los cuidados, realizando su trabajo en el espacio del hogar, de forma no remunerada. En muchas ocasiones, a día de hoy, siguen ejerciendo el rol de cuidadoras de forma activa, a través del cuidado de los nietos y nietas, y de las personas dependientes de su familia.
Ellas han realizado un trabajo fundamental para el mantenimiento de la sociedad, pero su labor ha sido tradicionalmente desvalorizada e invisibilizada. La separación entre el espacio público y privado, que establece una jerarquía donde el ámbito que prevalece es el público, resta importancia a esta intrahistoria, que es la que hace referencia a la vida cotidiana, a los trabajos necesarios para que la vida se reproduzca en todas sus dimensiones, y a las condiciones materiales y culturales en las que esta se desarrolla.
Pretendemos poner en valor y mostrar lo que estas mujeres han aportado y aportan socialmente, así como reconocer y dar voz a una parte de la historia silenciada e infravalorada.
Los juegos en la calle como la rayuela, el quema, el pilla pilla, el escondite, la comba... llenan los recuerdos de la infancia. Es el tiempo de la escuela y el juego, pero también de aprender que ser niño y ser niña conllevan destinos diferentes.
Junto a los deberes de la escuela, a ellas les toca aprender los deberes de la casa: a planchar, fregar el suelo, la cada y todas las tareas que necesitan para ser buenas amas de casa y esposas. En los juegos de los niños y las niñas también existen diferencias. Mientras ellas juegan a los recortables y a las muñecas, ellos juegan a la pelota o las canicas, aprendiendo así los papeles sociales que después cada cual tendrá que desarrollar.
Aunque todas fueron a la escuela, ninguna de ellas pudo asistir a la Universidad o estudios superiores, a pesar de que más de una soñara con hacerlo. A unas les hubiera gustado ser enfermeras y a otras maestras, pero entre el novio, el trabajo de la casa y la ayuda en las tareas del campo, no se lo pudieron permitir. Además, muchos padres eran reticentes a que las mujeres estudiaran, ya que eso estaba reservado para los chicos, a los que se le priorizaba en los estudios, pues el objetivo principal que se les adjudicaba a las mujeres era casarse y cuidar de la casa y los hijos e hijas que debían llegar tras el matrimonio.