Úbeda y Baeza a través de sus escritores

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Ruta Literaria

En el itinerario de Ubeda paradas en Oratorio de San Juan de la Cruz, plaza de Santa María, plaza de San Pedro, Casa de las Torres en plaza San Lorenzo y Puerta de Granada; en el itinerario de Baeza las paradas son en la casa del poeta en la calle Prado de la Cárcel, en el instituto, La Catedral y por último pase de Antonio Machado.
ÚBEDA Y BAEZA A TRAVÉS DE SUS ESCRITORES.
Ruta literaria
(Primera ruta literaria realizada el 11 de abril de 2002, con la participación Centro Socio-Cultural del Zaidín, Antonio Chicharro Chamorro y coordinación de María Sánchez Arana )

ÚBEDA

San Juan de la Cruz en Úbeda

Llega S. Juan el día 28 de septiembre de 1591 para "curar de unas calenturillas"

1ª Parada: Oratorio de San Juan de la Cruz.
"El aire de la almena cuando yo sus cabellos esparcía con su mano serena en mi cuello hería y todos mis sentidos suspendía"

La Úbeda de Antonio Muñoz Molina


1ª Parada: Plaza de Santa María
"Lo que más me gusta de esta ciudad es que su belleza es absolutamente inexplicable e inútil"

2ª Parada: Plaza de San Pedro
"En las esquinas se encienden al anochecer luces amarillas que no llegan a alumbrar la plaza, tan sólo esculpen en la oscuridad la boca de un callejón, aclaran una mancha de cal o la forma de una reja, sugieren la puerta de una iglesia en cuya hornacina más alta hay un vago San Pedro"

3ª Parada: Casa de las Torres. Plaza de San Lorenzo.
…Rehuye las calles transitadas y baja hacia la muralla del sur por callejones empedrados y de tapias blancas, que conducen a plazas íntimas con palacios abandonados del S. XVI y, altos álamos estremecidos por los pájaros, a esa oculta plaza de S. Lorenzo…

4ª Parada: Puerta de Granada.
"Desde este mirador, mi ciudad tiene algo de pequeña corte medieval italiana, amurallada todavía, erigida sobre una ladera de huertas donde se oyen, en un silencio grande y cóncavo, los golpes secos de las azadas sobre la tierra y el ruido del agua en las acequias"
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BAEZA


Machado en Baeza

"Esta Baeza, que llaman Salamanca andaluza, tiene un Instituto, un Seminario, una Escuela de Artes, varios colegios de segunda enseñanza y apenas sabe leer un 30 por 100 de la población…"

1ª Parada: Casa donde vivió el poeta en la calle Prado de la Cárcel.
"Recuerda la estampa de D. Antonio, con su torpe "aliño indumentario,"avanzando como a pasos renqueantes, apoyado en fuerte cayada rústica, grandes los zapatos, largo el abrigo con cuello de astracán, vestido de negor, camisa blanca de cuello de pajarita y grueso nudo de corbata negra…"

2ª Parada: Instituto.
La grava vos de D. Antonio pasaba lista lentamente, como en un chasquido de la lengua entre los pronunciados labios: "Salidi, Laínez, Quijano,…"

3ª Parada: Catedral
Por un ventanal,
entró la lechuza
en la catedral.
San Cristobalón
La quiso espantar,
Al ver que bebía
Del velón de aceite
De Santa María.

4ª Parada: Pase Antonio Machado
La vida del poeta transcurre entre la tristeza y la melancolía de quien se sabe sólo sueño y realidad. … Se le veía sentado en un viejo banco de piedra del Arco del Agua, leyendo a ratos o escribiendo en la arena con la punta de su rústico bastón la palabra "soledad".
Yo voy soñando caminos
de la tarde…

Úbeda y Baeza a través de sus escritores.

¡Olivares y olivares
de loma en loma prendidos
cual bordados alamares!

Sobre el olivar
se vio a la lechuza
volar y volar.

Volé tan alto tan alto,
que le di a la caza alcance.

Desde aquí la ciudad también se parece a una isla,
Rodeada de olivares hasta donde alcanza la mirada,
Y al otro lado del Valle de la Sierra Mágina es el
Límite del horizonte y del mundo.

También para escribir sobre una ciudad hace falta haber sido previamente poseído por ella. Del encuentro apasionado entre una ciudad y una mirada convertida luego en memoria y palabras han nacido algunos de los más altos episodios de la literatura: palabras, casi siempre, de invocación y de elegía, que quieren simultáneamente apresar a las ciudades en la fuga del tiempo y volverlas imaginarias, salvarlas y mentirlas, hacerlas inmortales y dar noticia dolorosa de su extinción. Se podría establecer un catálogo de escritores y ciudades tan numeroso como el de las parejas de amantes que han merecido el recuerdo del mundo. Baudelaire y París, Dickens -o De Quincey, o Conan Doyle, o Baroja…- y Londres, Basan y Ferrara, Durrell y Alejandría, Galdós y Madrid, Juan Marsé y Barcelona…

Antonio Muñoz Molina
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