Plan General de Ordenación Urbana 2001

Memoria

4. OBJETIVOS, ESTRATEGIAS Y PROPUESTAS DE PLANEAMIENTO: EL CENTRO HISTÓRICO.


D. EL CENTRO HISTÓRICO.

El valor simbólico del centro histórico. Su complejidad.

El centro histórico de Granada, entendiendo como tal el ámbito afectado por las vigentes delimitaciones de conjuntos históricos, representa el tejido urbano vivo de representación simbólica de la ciudad.

La proyección de la ciudad, la evocación e interpretación externa que de Granada pueda tenerse, hoy ya ampliamente difundida, y con grandes posibilidades de potenciación, se basa en los valores simbólicos y representativos de la Granada incluida en lo que ampliamente puede entenderse como su centro histórico.

En este carácter simbólico de representación de la ciudad que tiene su centro, deben ponderarse los valores de carácter patrimonial, histórico, cultural, naturales y paisajísticos, donde, además de las imágenes universalmente conocidas de la ciudad, deben reivindicarse el vasto acervo de situaciones de interés y valor en la caracterización de su conjunto histórico.

Ciudad marcada indeleblemente por la presencia de la Alhambra, deben superarse políticas de concentración exclusiva de las potencialidades simbólicas sobre los indudables valores del conjunto monumental alhambreño, antes bien incardinándolas con la difusión de los valores y contenidos representativos y simbólicos de todo su centro histórico.

En el maridaje entre centro histórico y Alhambra se encontrarán vías de beneficio mutuo, con un mejor equilibrio en la distribución de los esfuerzos y recursos surgidos de la explotación de sus valores.

Por otro lado, como soporte de las diversas actividades presentes en la evolución urbana e la ciudad, el centro histórico destaca por loa complejidad de las funciones y usos que sobre el mismo se desarrollan.

Superados los temores a la terciarización del centro histórico, hoy el problema del mismo se centra en la detención de su progresivo abandono y de los procesos de pérdidas en sus valores patrimoniales, en las fijación y aumento de su población, y en el fomento de políticas de asignación funciones urbanas que contribuyan a la puesta en uso del mismo.

Dentro del centro histórico de Granada, la capacidad de asunción simbólica de representación de la denominad Área Centro es indudable, siendo además deseable su potenciación, sin que ello suponga renuncia alguna a convenientes políticas de descentralización administrativa que coadyuven a la adecuada estructuración y/o revitalización de las periferias.

Por último, también parece decisiva la consideración de las diversas áreas del centro histórico, y éste en su conjunto, como parte constitutiva e indivisible del organismo total de la ciudad, con el resto de cuyos barrios debe integrarse en posiciones de equilibrio, pero atendiendo en todo caso a la singularidad que su posición de centralidad supone.

El valor cultural del centro histórico.


Es en este valor donde radica la singularidad anunciada, y donde la caracterización del centro histórico adquiere una marcada diferenciación respecto del resto de la ciudad.

El presente documento del PGOU de Granada, realiza un exhaustivo reconocimiento de los valores patrimoniales del centro histórico, muchos de ellos desarrollados con mayor grado de acercamiento por los Planes Especiales de Protección vigentes o en redacción, que afectan a ámbitos incluidos en el conjunto histórico de la ciudad.

El valor cultural no sólo radica en dichos elementos patrimoniales reconocidos individualmente, o considerados en su conjunto, sino también en la capacidad indudable del centro histórico para la evocación e interpretación del pasado de la ciudad, y su capacidad como soporte de las actividades de creación presentes y futuras.

La ciudad, consciente de las posibilidades existentes de explotación de los valores culturales del centro histórico, intenta engancharlos al fuerte tirón que tradicionalmente ha supuesto el conjunto monumental de la Alhambra, con esfuerzos y resultados de diversa índole, y que requieren un entendimiento conjunto de las imbricaciones de ambas realidades

Por otra parte, si bien existe un amplio consenso sobre el reconocimiento de los valores patrimoniales y culturales a proteger, también es cierto que la efectividad de las políticas con dicho destino pueden considerarse insuficiente.

En el caso particular del centro histórico de Granada, el desalojo de usos producido, desde los residenciales hasta los de representación, ha favorecido una desvitalización de determinadas zonas del centro histórico que debe detenerse.

Siendo limitadas las posibilidades y recursos para la intervención sobre los bienes de interés patrimonial, es preocupante el desistimiento que sobre la recuperación de los valores culturales se ha producido por parte de instituciones públicas.

Particularmente preocupante es la reiterada adopción de modelos de implantación territorial extraños a la tradición cultural propia, y que han hecho renunciar a sectores de dinamización de la vida en el centro histórico a un papel que en su día fue fundamental. En este sentido, resulta cuando menos discutible la erradicación sistemática producida para los usos de equipamientos universitarios, huidos de la trama histórica en las últimas décadas, con algunas intervenciones excepcionales, y valorables por lo que suponen de apuesta por un cambio de actitud, como es el caso de la recuperación del antiguo Hospital Militar para Escuela Técnica Superior de Arquitectura.

Junto a ello, la incapacidad de arbitrar medidas de fomento de la protección y de compensación de las cargas derivadas de la conservación del patrimonio de interés a sus propietarios y/o usuarios, impiden a dichos elementos protegidos su puesta en mercado con valores de real competencia.

Resulta necesaria por tanto, una modificación en las políticas de asignación de usos, en las de fomento de la protección del patrimonio, y en las de vitalización de zonas del centro histórico mediante la implantación de equipamientos públicos. Estos últimos, además de esforzarse en asegura, mediante operaciones de rehabilitación, la conservación de los elementos patrimoniales mediante su puesta en uso, contribuyen a la fijación de actividades tradicionales y a la atracción de nuevas.
Es por ello que en la preservación efectiva de los valores culturales del centro histórico radica fundamentalmente la protección de la propia identidad de toda la ciudad, y el cumplimiento de la obligación de transmisión del legado cultural recibido a las siguientes generaciones.

Valor económico del centro histórico.


En las peculiaridades descritas para el centro histórico, en sus capacidades para la representación, y en los valores patrimoniales que encierra, descansan las potencialidades económicas del mismo.

Las políticas de protección y rehabilitación, las de puesta en uso y valor de los elementos de interés histórico-artístico, son hoy día un auténtico recurso económico de dinamización para el centro histórico, de creación directa e indirecta de recursos económicos para el conjunto de la sociedad granadina.

En la última década, se ha asistido a la potenciación del sector turístico, con un amplio aumento de la oferta de plazas hoteleras en la ciudad.

Las posibilidades que la ciudad de Granada presenta para el desarrollo del sector turístico, no deben olvidar la necesidad de especialización progresiva de la oferta. Dichas posibilidades, especialmente evidentes para el turismo especializado o temático, hacen pensar en un aumento del peso de este sector en el conjunto de la producción económica local.

Esta especialización deberá ir acompañada por una diversificación de la oferta, que debiera comenzar por la entrada en escena de más valores de atracción turística que los tradicionalmente explotados.

Por ello la implantación de políticas efectivas de conservación y puesta en valor de la “materia prima” a ofertar, debe ser el objetivo prioritario de las estrategias de intervención en el centro histórico.

Junto a las posibilidades que la explotación turística ofrece para el centro histórico, deben buscarse los efectos positivos que la ubicación en el mismo de otras actividades puede tener.

Las situaciones de abandono de usos, de pérdida progresiva no sólo de población, sino de contenidos funcionales para los edificios, conlleva situaciones progresivas de ruinas en la edificación, junto a procesos de degradación del tejido urbano.

Las políticas de asignación de usos en el centro histórico, primando determinadas actividades en edificios de interés, puede contribuir a la puesta en el mercado de inmuebles hoy día condenados al abandono, y con ello, favorecer políticas de fijación y/o recuperación de población en barrios históricos.

Además, algunas de estas actividades a disponer sobre el solar del centro histórico pueden suponer la recuperación de tareas u oficios imbricados en la propia identidad histórica de la ciudad, contribuyendo a su vez a la promoción de sectores turísticos especializados.

Piénsese además que la ciudad histórica de Granada ha servido tradicionalmente de soporte a las actividades de sostén económico de la ciudad, por lo que la recuperación de dichos valores, hoy mediante la potenciación de las ofertas especializadas propias de una situación actual de economía más selectiva y competitiva, será una de las líneas estratégicas a abordar por este PGOU, si bien en la diagnosis y determinaciones más menudas de los Planes Especiales que afecten a las diversas zonas del centro histórico (bien mediante figuras de revisión o nueva redacción ), será posible un trazado más específico de líneas de actuación en este sentido.

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN EN EL CENTRO HISTÓRICO.

La protección del patrimonio desde la normativa del planeamiento.



El presente PGOU de Granada reconoce los perímetros de protección correspondientes a las delimitaciones de conjuntos históricos actualmente vigentes en el ámbito de su término municipal.

No obstante, ante la posibilidad de una revisión de dichos perímetros, y de la consideración y redefinición de la Alhambra como conjunto monumental, el documento del PGOU incorporará en su momento las correspondientes modificaciones que sobre las actuales delimitaciones se produzcan, una vez aprobadas por la administración competente en dicha materia.

Igualmente se incorporan las determinaciones correspondientes a los Planes Especiales de Protección vigentes, que afectan a los ámbitos de Alhambra , Albaicín y San Matías (conforme a los perímetros contemplados en dichos documentos), actuando el PGOU con carácter supletorio y/o complementario en dichos ámbitos.

No obstante, para el caso de los Planes Especiales de Protección de la Alhambra y Albaicín, se señala la necesidad de revisión de dichos documentos, ante todo, para adaptar sus determinaciones a situaciones más actualizadas, e incorporar las experiencias habidas de gestión y desarrollo desde sus respectivas aprobaciones definitivas.

En cuanto al área de San Matías, la misma quedará subsumida por el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Área Centro, actualmente en redacción, del que este documento del PGOU de Granada asume su Catálogo, valorando su mayor y mejor acercamiento a la realidad patrimonial, y al que, desde la propia normativa del PGOU, se le abren líneas de actuación y estrategias de intervención que deberán quedar desarrolladas y matizadas en dicho Plan Especial.

La normativa de protección del patrimonio contenida en este documento del PGOU, se estructura basándose en una primera clasificación de los bienes objeto de protección, que corresponden tanto a los incluidos en el centro histórico, como fuera del mismo.

Dicha estructuración pretende un reconocimiento detallado de las realidades a proteger, diferenciando entre el patrimonio arquitectónico, el arqueológico, los conjuntos urbanos de interés, los jardines de carácter singular y los elementos de interés (entre los que se incluyen los itinerarios urbanos y periurbanos, las vistas de interés, los sitios y lugares de valor históricos, y los elementos de carácter singular).

Se establecen una serie de disposiciones comunes a todos los bienes objetos de protección, así como condiciones particulares de intervención para cada una de las categorías patrimoniales establecidas.

En cuanto a la elaboración del Catálogo, se mantienen los correspondientes a los Planes Especiales de Protección vigentes (Alhambra, Albaicín y San Matías), y se asume, por su mayor especificidad y acercamiento a la realidad patrimonial, el elaborado para el documento de Avance del Plan Especial de Protección del Área Centro.

El documento del PGOU de Granada completa el listado de elementos catalogados incluidos en los documentos antedichos, considerando aquellas piezas objeto de protección específica situados fuera de los ámbitos afectados por los mencionados Planes Especiales de Protección vigentes y en redacción.

Para el caso del patrimonio arquitectónico se establece en este PGOU una gradación de niveles de protección, que se relaciona con las medidas de fomento y valoración de inmuebles catalogados hoy vigentes. De este modo se establecen cuatro niveles de protección: el Nivel 1, de protección monumental; el Nivel 2, de protección integral,; el Nivel 3, de protección estructural, y el Nivel 4, de protección ambiental.

Esta gradación se establece en función de la importancia de los edificios, y/o de los elementos de interés a proteger. El Nivel 1 corresponde a los inmuebles que poseen cualificación equiparable a los monumentos o bienes de interés cultural (protección monumental); el Nivel 2, corresponde a los edificios cuyo valor les hace acreedores a la protección global de los mismos (protección integral); el Nivel 3, reúne los inmuebles con valor histórico o artístico, donde es necesaria la protección de sus estructuras fundamentales; y el Nivel 4, recoge aquellos edificios que cualifican el espacio urbano al que pertenecen, y donde es necesaria la protección de determinados elementos catalogados.

La asignación de niveles de protección, permite, en cada caso, la ejecución de un determinado tipo de obras, tanto más conservadoras cuanto mayor es la protección, y más permisivas para las operaciones de nueva planta, cuanto menor es el nivel determinado.

Además, e mantienen los niveles de protección existentes en los documentos de Planes Especiales de Protección vigentes, así como la propuesta realizada desde el Plan Especial de Protección del área Centro, estableciéndose un régimen transitorio, hasta la aprobación definitiva de dicho documento, mediante la equiparación de los niveles de protección asignados a la edificación.

En definitiva, el PGOU de Granada apuesta por una política de protección del patrimonio, tanto en el centro histórico de Granada, en donde existen planeamientos específicos ya redactados o en redacción, como para los elementos puntuales, o conjuntos de interés, situados fuera de su ámbito y dentro del término municipal. La tutela que se establece sobre los elementos a proteger desde el documento del PGOU de Granada, y particularmente, para los incluidos dentro de las delimitaciones de conjuntos históricos vigentes, mantiene unas cautelas propias de su marco de análisis y diagnosis, confiando al acercamiento más menudo, propio de los Planes Especiales de Protección, el establecimiento de medidas más concretas que fijen las condiciones individualizadas de protección o intervención sobre los elementos unitarios catalogados.

Se produce, no obstante, un salto cuantitativo y cualitativo en las estrategias de intervención de este documento del PGOU de Granada en relación con el actualmente vigente (PGOU del 85), basado tanto en el mayor acercamiento que han supuesto los documentos de planeamiento especial, con carácter de protección, redactados y en redacción, sobre la realidad patrimonial, como en un esfuerzo por el reconocimiento de un mayor número de elementos, que desde diversas ópticas, son merecedores de protección específica.

Fomento de la rehabilitación del patrimonio.


La conservación efectiva del patrimonio y la puesta en alza de los valores y recursos del centro histórico, tropiezan en numerosas ocasiones con la inexistencia de medidas eficientes en el fomento de las intervenciones orientadas a tales fines, y en especial, a la difícil puesta en valor de mercado de los elementos inmuebles protegidos, en posiciones casi siempre desfavorables de partida respecto a los solares donde es factible una operación de sustitución o nueva planta.

Por ello se entiende en numerosas ocasiones que las estrategias de preservación del centro histórico, y en general, de los elementos con valor patrimonial, no suponen más que una carga adicional para los propietarios y/o usuarios de los bienes afectados, que se encuentran en posiciones poco equilibradas en el dinámica del mercado inmobiliaria para compensar las obligaciones derivadas de la protección.

Sólo líneas de actuación que se dirijan a la compensación y reequilibrio de tales situaciones, pueden evitar procesos que se orientan a la degradación continua por abandono de los inmuebles, buscando su desprotección por desaparición.

De este modo, las políticas que se implementan desde el presente documento del PGOU para solucionar dicha dinámica, pueden resumirse en dos grandes líneas: de un lado, la adjudicación efectiva de un mayor aprovechamiento urbanístico a las operaciones de conservación del patrimonio construido; y, de otro y para el caso del patrimonio catalogado por su valor o interés, la adopción de medidas de beneficio fiscal basados en la aplicación de las normativas existentes al efecto de ámbito estatal, autonómico y municipal.

La normativa del presente PGOU favorece el mantenimiento de la edificación consolidada, permitiendo la consolidación de un mayor aprovechamiento en operaciones tendentes a la conservación del parque edilicio, frente a las intervenciones por sustitución.

Así, para el caso del centro histórico, se produce una apuesta por actuaciones tendentes a la conservación de los inmuebles frente a las actuaciones por sustitución, lo que redundará en también en una más efectiva protección del patrimonio edificado de interés, y en la posibilidad de equilibrio entre las operaciones de rehabilitación y las de nueva planta.

Para el resto de la ciudad consolidada, el PGOU admite el mantenimiento de la edificación patrrimonializada con anterioridad a su entrada en vigor, aunque disminuye las condiciones de ordenación para actuaciones de nueva planta en aquellos lugares que se consideran entran en conflicto con el modelo de ciudad propuesto, manteniendo en este sentido criterios similares al hasta ahora planeamiento vigente.

Por otra parte, desde el PGOU se contempla un conjunto de medidas fiscales de apoyo y fomento de la protección del patrimonio.

Así, se contempla las reducciones sobre el cálculo del valor catastral contempladas en la normativa de rango estatal para aquella edificaciones incluidas para su protección en los catálogos de los documentos de planeamiento.

Además, el Ayuntamiento se compromete a aprobar en un plazo de doce meses desde la entrada en vigor del presente PGOU de Granada, una ordenanza de reducción de las tasas de licencias municipales de obras para las operaciones tendentes a la buena conservación, o reforma para su puesta en uso, que afecten a edificios catalogados. Dichas reducciones serán tanto mayores cuanto más alto sea el nivel de exigencia de la protección asignada al inmueble.

Por último, se determina igualmente desde la normativa del presente documento del PGOU de Granada, el compromiso municipal de aprobación y solicitud de declaración de Áreas de Rehabilitación Integrada, en concierto con otras administraciones competentes en materia de protección del patrimonio, para l9os ámbitos protegidos del centro histórico, así como el diseño de Programas de Rehabilitación donde se contemplen las medidas específicas de apoyo público, a nivel financiero, de gestión y técnico, para el fomento de las actuaciones de protección y puesta en valor del patrimonio.

El cuerpo normativo establecido en este PGOU de Granada, podrá completarse, desarrollarse y matizarse, en su caso, con las determinaciones que al efecto establezcan los Planes Especiales de Protección que se redacten, acogiéndose asimismo a las nuevas medidas de fomento de la rehabilitación que pudieran surgir en un nuevo marco legislativo

Estrategias de planeamiento externas de incidencia sobre el centro histórico.


El entendimiento del centro histórico de Granada, con la gran complejidad morfológica y funcional que el mismo posee, como una parte más de la ciudad caracterizada por unos valores singulares de carácter simbólico, cultural e identitarios, hace imprescindible acometer su protección y revitalización mediante una lectura continua del tejido continuo urbano, que reconozca la inexistencia real de límites físicos que separe n la zona histórica de sus entornos próximos, lo que lleva a adoptar decisiones en los mismos de influencia directa en el devenir del propio centro histórico.

Los problemas de accesibilidad y movilidad recayentes sobre el centro histórico de Granada, aunque no exclusivos de esta ciudad, quedan agravados por las especiales características de la misma.

Los procesos de progresiva densificación del tejido histórico que trajo el desarrollismo urbanístico iniciado en la década de los sesenta, con numerosas operaciones de sustitución de la edificación mediante aumento del aprovechamiento urbanístico, destrucción de la identidad parcelaria (operaciones de agregaciones y segregaciones indiscriminadas de parcelas), y operaciones de elevación de alturas, con densificación del número de viviendas, junto con el mantenimiento intacto de la trama (muy poco afectada por operaciones significativas de ensanches), y la popularización del transporte privado de vehículos, llevan al colapso de las vías de acceso y relación en el tejido histórico.

Esta situación se agudiza cuando los procesos de emigración de la población desde el propio centro histórico hacia las periferias de la ciudad y a su área metropolitana, no resuelven convenientemente, mediante políticas adecuadas de descentralización, la dotación de usos de servicios y equipamientos en los nuevos ensanches, por lo que sus poblaciones siguen gregariamente vinculadas al centro histórico para obtener tales servicios.

Si a ello se une finalmente una falta de concienciación del uso del transporte público, junto con una política inadecuada de implantación de aparcamientos públicos en pleno corazón del centro histórico que requieren inexcusablemente una fuerte penetración del tejido histórico para su uso, los problemas de accesibilidad y movilidad, lejos de solucionarse, se agravan día a día.

Por otro lado, no se ha procedido tampoco a la suficiente concienciación de la ciudadanía sobre las bondades de los procesos de peatonalización, o restricción controlada de tráfico, para determinadas áreas del centro histórico, en tanto que generadoras de actividades y fuentes de recursos económicos.

De este modo, lejos de entender dichas políticas como periclitadoras del papel de centralidad de las zonas históricas, debe entenderse que las mismas coadyuvarán a la necesaria especialización funcional de las mismas, y a la puesta en valor de sus elementos de caracterización, que como se ha demostrado, constituyen fuentes generadoras de recursos económicos directa e indirectamente.

Por ello, este PGOU de Granada apuesta por progresivas políticas de peatonalización y restricción de tráfico para las diversas áreas del centro histórico, apoyadas por acciones previas de dotación de adecuados aparcamientos públicos, `potenciación del transporte colectivo, y fomento de alternativas privadas de transporte (bicicleta).

Se propone la realización de un gran aparcamiento lineal subterráneo de carácter público, bajo el Camino de Ronda, desde las estribaciones del nudo de enlace de éste con calle Recogidas, hasta su encuentro con Méndez Núñez, a ejecutar en fases sucesivas (con una capacidad total aproximada para dos mil vehículos en dos plantas de aparcamiento) , que emplearía como accesos las vías transversales al propio Camino de Ronda. Se apuesta por el diseño de sentidos únicos de circulación para la utilización de vías urbanas de cierta sección (caso del propio Camino de Ronda, calle Pedro Antonio de Alarcón y Arabial), que conformarían circuitos o bucles cerrados para los recorridos.

Esta operación se considera básica para el inicio de políticas efectivas de reducción del acceso al centro histórico, considerando que su entrada en funcionamiento permite un fácil y directo acceso a pie desde el citado aparcamiento público a numerosos puntos del centro histórico.

Esta intervención se complementaría con la ejecución de aparcamientos subterráneos de menor entidad en puntos estratégicos del perímetro externo del centro histórico, como pueden ser los previstos en la zona de San Jerónimo y en la Plaza del Humilladero.

Por otro lado, las operaciones de aparcamiento más interiores al propio centro histórico, deberán tender progresivamente a su empleo por los residentes y usuarios habituales de dicha zona, evitando el acceso de los visitantes y usuarios de carácter puntual.

Las políticas de aparcamiento y peatonalización, deberán además apoyarse con una decidida apuesta por la potenciación del transporte público, que deberá adecuarse a las características especiales de la trama viaria del centro histórico, mediante el aumento significativo de la flota de microbuses, y la disposición de intercambiadores de transporte estratégicos, que desde los accesos a la ciudad dotados con aparcamientos subterráneos (entorno de Recogidas, Avenida de la Constitución y Paseo del Salón), permitan un rápido y efectivo transporte hacia los distintos puntos del centro histórico.

El papel del transporte público se torna esencial en las posibilidades de accesibilidad a zonas especialmente complejas, caso del Albaicín y del Sacromonte. Para el primero parece conveniente el mantenimiento de la restricción de acceso de tráfico rodado al mismo, acompañada de estrategias de establecimiento de aparcamientos en su perímetro externo. Para el segundo debe contemplarse la posibilidad de unión del actual Camino de la Abadía con el Camino de Beas, que supondría una mejora sustancia e n su accesibilidad.

Un papel decisivo en el éxito de la progresiva implantación de políticas de reducción del tráfico rodado privado en el centro histórico, tendrá la ejecución del sistema de transporte público que supone el denominado metro ligero, emanado de las propuestas del Plan de Ordenación Territorial de la Aglomeración Urbana de Grana (POTAUG), y que el presente PGOU de Granada recoge, apostando por el trazado de una línea que de norte a sur recoja los mayores flujos poblacionales posibles, permita la comunicación y acceso a equipamientos estratégicos de la ciudad y su área metropolitana (estación de autobuses, estación de ferrocarril, grandes equipamientos culturales y deportivos de la zona sur), y que discurriendo por el propio Camino de Ronda y, en su caso, por la vía paralela de Arabial, complemente los efectos benéficos producidos con la construcción del gran aparcamiento subterráneo bajo el Camino de Ronda.

Ambas actuaciones sobre el Camino de Ronda, suponen una apuesta de transformación de la imagen urbana de dicha vía, con una decidida puesta en valor de la misma, como cinturón lineal de relación por el oeste del centro histórico con las penetraciones a la ciudad desde la actual circunvalación.

Actuaciones de revitalización interna del centro histórico.


Las actuaciones de reforma urbana interior en el centro histórico deben constituirse en oportunidades no sólo de solución puntual de conflictos, sino también de revitalización y dotación de equipamientos y espacios libres para las diversas zonas del mismo, y con ello, de mejora de las condiciones de calidad de su hábitat.

Este documento del PGOU de Granada, recoge las diversas unidades de ejecución planteadas por los Planes Especiales de Protección y Reforma Interior vigentes en el ámbito de los conjuntos históricos declarados (Alhambra, Albaicín y San Matías), debiendo corresponder la revisión de los criterios de intervención o reforma urbana a la revisión de dichas figuras (caso de los Planes Especiales de Protección de Alhambra y Albaicín), o en el marco de planeamientos de ámbito de afección superior (caso del Plan Especial de San Matías, a incluir en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Área Centro)

Las actuaciones previstas de reforma del centro histórico contemplan, tanto desde los documentos de Planes Especiales como desde el presente PGOU de Granada, la posibilidad de puesta en valor de las potencialidades de la zona.

De este modo, aunque la estrategia de protección del PGOU de Granada asume las bases conceptuales y el marco jurídico expresados en las vigentes legislaciones de protección del patrimonio, las operaciones de reforma urbana ubicadas en el centro histórico, al realizarse sobre oportunidades singulares en vacíos urbanos o zonas a transformar, modifican la trama urbana, pero buscando en todo momento la puesta en valor de la misma, la mejora de la escenografía urbana, la mayor consecución de espacios libres y/o peatonales que la enriquezcan, y la mejor obtención de equipamientos públicos que la estructuren .

En coordinación con las líneas estratégicas de intervención planteadas por el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Área Centro, se contemplan, entre otras, actuaciones: en el entorno del Monasterio de San Jerónimo, una en Postigo de Zárate, una en el entorno de La Romanilla y otra en Cuartel de Las Palmas. Todas ellas deberán ser desarrolladas como Unidades de Ejecución del Plan Especial del Area Centro.

La intervención en la parte trasera del Monasterio de San Jerónimo pretende completar la fachada a calle Severo Ochoa con dos equipamientos, docente y sanitario, sobre un aparcamiento público dejará un espacio libre público alargado que conectará con la trama residencial ya desarrollada del Plan Especial San Jerónimo. Este espacio mantendrá la distancia con el monumento, poniendo en valor uno de los escasos ejemplos históricos de compás que quedan en nuestra ciudad.

También en el entorno del Monasterio se pretende dar mayor permeabilidad a la trama urbana entre los desarrollos residenciales contenidos en el Plan Especial San Jerónimo ya ejecutados y la calle Gran Capitán, dejando exentos los edificios Centro Cultural Gran Capitán y la Biblioteca de Andalucía. La dificultad de cosido de las tramas existentes y la presencia de equipamientos demasiado presionados por la edificación colindante sugiere la opción de sustituir un edificio con fachada a calle Gran Capitán y completar la trama residencial junto al edificio Hermanitas de los Pobres, taponando una medianera de fuerte impacto visual y dejando definitivamente exento el Centro Cultural Gran Capitán con la apertura de una calle peatonal.

La operación en Postigo de Zárate pretende resolver un vacío urbano en alarmante situación de continua provisionalidad, en zona de confluencia de tramas urbanas. La existencia de medianerías vistas y traseras de edificaciones sugiere una operación de cirugía de pequeña magnitud, que no obstante, conseguirá la obtención de una plaza pública de escala doméstica y ámbito local, necesaria en una zona fuertemente densificada en el entorno de la calle San Jerónimo.

De similares características y objetivos, el Area de Reforma Romanilla-Callejón de Lucena persigue permeabilizar la trama urbana en la proximidad de la Plaza de la Romanilla. Se pretende recuperar el trazado original del Callejón de los Franceses, poniendo en valor el jardín de la Casa de los Vargas, reutilizando el edificio como equipamiento cultural. Un equipamiento deportivo en el solar del antiguo Mercado de San Agustín busca paliar el déficit dotacional del centro histórico.

La actuación en el Cuartel de Las Palmas prevé la obtención de un gran espacio libre público en una zona periférica del Centro Histórico, incorporando el molino del Marqués como equipamiento cultural. La existencia de arbolado y de esta preexistencia que incorpora parte del trazado de la Acequia Gorda, podrá enriquecer el tratamiento del espacio público con la existencia, además, de notables desniveles en zona de accidentada topografía. Se plantea la hipótesis de traslado futuro de las instalaciones de la Compañía Sevillana de Electricidad, que permitiría la conexión escalonada de este espacio libre con la parte final del paseo de la Bomba. Un edificio residencial con acceso desde el espacio público o desde el Paseo de las Palmas ocupará parte del volumen actualmente ocupado por el antiguo Cuartel. La operación se completa con un equipamiento deportivo que alivie el impacto de unas medianeras de una construcción de reciente ejecución.

Se pretende el uso público de los Jardines del Cuarto Real de Santo Domingo, parte de los antiguos Jardines de la Almanjarra, como necesario espacio libre para el centro histórico, a la vez que se plantea la recuperación como equipamiento cultural del Cuarto Real, primitiva vivienda palatina pre-nazarí.

    Página actualizada el: 26/01/2004
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