Plan General de Ordenación Urbana 2001

Memoria

2. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN URBANÍSTICA. Territorio


2. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN URBANÍSTICA

Este documento asume la información urbanística practicada en el curso de la redacción de los distintos documentos del Plan General realizados en el proceso de Revisión de Planeamiento con anterioridad al acuerdo de Pleno de 10 de Septiembre de 1999. Este documento asume, igualmente, con las matizaciones de interpretación recogidas en el documento de síntesis e interpretación que sigue a continuación. Se consideran, por tanto, incluidos todos los documentos, planos y estudios sectoriales de que se compone dicha información en este documento de Plan General.



A. EL TERRITORIO

Con una extensión aproximada de 8.970 Has. el municipio de Granada se integra en un espacio natural coincidente con parte de la comarca de la Vega y con los relieves periféricos que rodean esta Depresión. La situación física del municipio le imprime un carácter esencial como encrucijada de Andalucía ya que se ubica en el umbral occidental de las altas tierras andaluzas al ser parte del Surco Intrabético y presentar una relativa proximidad con el litoral, a través del eje Despeñaperros- Litoral mediterráneo.





A pesar de que la localización geográfica ha resultado más o menos favorable según las épocas históricas, las recientes actuaciones en materia de comunicaciones confirman la eficacia de los ejes comentados que se cruzan en pleno término municipal. La Autovía del 92 viene a reforzar el corredor del Surco Intrabético conectando el municipio con Andalucía Occidental y el Levante peninsular. La próxima autovía Bailén-Motril consolidará la conexión entre el Norte y la costa mediterránea.

El medio físico en el término municipal tiene un alto nivel de integración, al coincidir con parte de la cuenca hidrográfica del Genil, la cual, engloba las subcuencas formadas por sus afluentes, que provienen de macizos orográficos de gran envergadura -como es el caso de Sierra Nevada-, y que irrigan la llanura aluvial acondicionada desde antiguo para la agricultura de regadío.

En resumen, la superficie ocupada por la vega agrícola y los relieves envolventes otorgan una fuerte integración física y territorial al espacio municipal.

Al mismo tiempo, el término se perfila internamente como un espacio complejo debido a la diversidad de elementos naturales y de origen antrópico que se manifiestan en él. Una aproximación de esta complejidad se realizará más adelante cuando se describa de forma pormenorizada.

UNIDADES TERRITORIALES

La identificación del territorio de acuerdo con los grandes conjuntos espaciales que lo componen posibilita la descripción de las Unidades Territoriales, siendo estás, a su vez, el conjunto de distintas características que, agrupadas dan origen a las siguientes unidades: Unidades Físicas, Unidades Naturales Homogéneas y Unidades Ambientales.

Unidades Físicas: Se relacionan con la morfoestructura del territorio. Son los grandes conjuntos de relieve en los que distinguimos los elementos geomorfológicos, y que presentan una componente morfoestructural y otra geomorfológica. La complejidad física y la intervención humana consecuencia de la ocupación del territorio durante muchos siglos, propician unas condiciones inusuales que dan al ámbito un carácter diferencial.

Como Granada y su término se emplazan dentro de la zona interior de Andalucía, aunque a corta distancia del litoral mediterráneo, esta situación presenta una originalidad excepcional en la Península Ibérica y rara en el ámbito europeo. Se trata del desnivel altitudinal existente en menos de cuarenta kilómetros entre los extremos del conjunto provincial: Cumbres de Sierra Nevada y pasillo del río Genil. El diferencial altimétrico se plasma en fuertes pendientes, en una intensa excavación de la red fluvial, en importantes buzamientos tectónicos y, sobre todo, en la presencia de numerosos gradientes térmicos y pluviométricos.

Las grandes Unidades Físicas del ámbito territorial son:

- Llanura aluvial: Caracterizada por la amplia depresión tectónica.
- Piedemontes: Consecuencia de las distintas etapas erosivas de la red fluvial.
- Las Sierras: Sistemas orográficos de distinta magnitud que rodean la llanura.

Unidades Naturales Homogéneas: Se delimitan principalmente en función del clima, los suelos y la vegetación.

El clima introduce singularidades en el ámbito debido a la incidencia de climas locales diferenciados y a sus manifestaciones meteorológicas. La principal característica climática se deriva de la inexistencia de precipitación estival - rasgo típico del clima mediterráneo-, riesgo de heladas y una alta insolación con una media de 2.600 horas de sol anuales registradas en las proximidades de Granada.

La composición química de los sustratos da lugar a la presencia de múltiples combinaciones de suelos que van desde los ácidos hasta los ultrabásicos. Esta heterogeneidad proviene de la presencia de rocas metamórficas y de la sedimentación producida en los periodos geológicos, marinos, lacustres y continentales.

Como consecuencia de estos parámetros se propicia la aparición de variados ambientes vegetales que a su vez han estado condicionados por la explotación que se ha llevado a cabo en el medio. La existencia de una amplia superficie municipal dedicada al uso agrícola, no impide la presencia de masas forestales y de algunas riquezas biológicas asentadas en las zonas orográficas más altas.

Unidades Ambientales: En estos dominios descritos (Depresión y piedemontes y sistemas orográficos) se distinguen como grandes unidades ambientales, las formadas por los terrenos agrícolas de regadío y secano, donde se introduce el espacio de la Vega; el monte de encinas con sus respectivas etapas de degradación; las masas de pinares de repoblación de interés recreativo más que ecológico y las comunidades higrófilas de ribera representadas en delgadas franjas pero con gran importancia debido a su carácter estructurante.



GRANDES ÁMBITOS TERRITORIALES DEL MUNICIPIO DE GRANADA: LA VEGA Y LAS CUENCAS DE LOS RÍOS GENIL- DARRO Y BEIRO.


La descripción de los dos grandes ámbitos diferenciales que caracterizan al término municipal de Granada y el análisis de estos, se basa en el conocimiento que de los mismos se obtiene a través del trabajo que el propio municipio ha llevado a cabo.

El esfuerzo municipal de conocimiento del territorio tiene su origen en la realización de los Planes Especiales recogidos en el PGOU del 85, conocimiento que a su vez se ha ido enriqueciendo a través de la gestión diaria mantenida por esta Administración.

LA VEGA

Situación, extensión y límites.


La Vega queda dentro de la conocida Depresión de Granada ó simplemente Comarca de La Vega. Esta gran unidad geográfica se encuentra repartida entre numerosos municipios y en todos ellos, presenta las mismas características y funcionamiento.



Dentro de la superficie de su conjunto territorial, Granada tiene unas 3.251 Has aproximadamente de Vega al Oeste de la ciudad y limitatando directamente con los municipios de Huetor Vega, Cájar, La Zubia, Ogíjares, Armilla, Churriana de la Vega, Vegas del Genil, Santa Fé, Atarfe y Maracena.

La Depresión de Granada se presenta como una gran fosa hundida que se vá rellenando poco a poco de materiales postorogénicos. Su localización en el interior de las Cordilleras Béticas produce en parte su aislamiento que queda de manifiesto por el cinturón de montañas de mayor ó menor altura que la rodean.

La mayor parte de la Depresión de Granada está cubierta por aluviones de diferente origen, lo que da lugar a una diferencia entre suelos que, en definitiva, marcará las características del desarrollo de la agricultura. La estructura de los suelos de la Vega favorece la absorción de los distintos nutrientes y retiene fácilmente el agua al mismo tiempo que permite la aireación y circulación de ésta.

El clima de la Depresión de Granada posee un claro matiz mediterráneo-continental. Su posición altitudinal (paralelo 37), la sitúa entre las regiones climáticas atlántica y mediterránea, de ahí que aparezcan situaciones de frío y humedad frente a situaciones cálidas y secas.

Su continentalidad se debe en parte a su altitud, unos 670 metros de media, y al aislamiento que le proporciona el cinturón de montañas que la rodean. Ambos factores impiden que la suavidad climática del Mediterráneo llegue de lleno a la Depresión.

El resultado de la combinación de todos los elementos, tanto climáticos como los constitutivos, favorecen la aparición de un clima que presenta unas características propias que más bien podríamos denominar microclimáticas: Suelo con alto grado de humedad, influencia suave del Mediterráneo, descensos en el gradiente térmico, gran duración de las estaciones extremas – invierno y verano, aparición de brisas de montaña y valle, sequía estival, precipitaciones de tipo tormentoso y frecuencia de heladas bien en forma de rocío o de escarcha.

El agua constituye uno de los aspectos más importantes en la Vega ya que siempre se ha considerado como la base del desarrollo agrícola.

El rio Genil junto a sus afluentes forman la red que recorre el vasto espacio de la Vega, sus aguas serán a su vez captadas por una red de acequias.

El Genil es el eje central de toda la Depresión de Granada, lo que quiere decir que no sólo se presenta como el principal cauce dentro de nuestro término municipal, sino que lo es también de toda la gran unidad geográfica.

La magnitud del caudal de este río se encuentra precisamente en la composición que presenta la cuenca alta del mismo. Como tal, se forma en la confluencia de los ríos Guarnón y Real, ambos pertenecientes y nacidos en pleno corazón de Sierra Nevada. A lo largo de su recorrido, en lo que se corresponde con la cuenca alta, el Genil recibe de forma continua los aportes hídricos de numerosos caudales: Vadillo, San Juan, Maitena, etc. Se puede decir que toda esta parte de la cuenca del Genil se encuentra modelada por una amplia red de afluentes más o menos caudalosos que labran profundos barrancos en los que abundan las fuertes pendientes a ambos lados de sus márgenes.

La razón de señalar estas características es precisamente para resaltar el hecho de que toda agua transportada por el Genil, llega a la Vega suponiendo de hecho, una valiosa aportación hídrica que será aprovechada de manera excepcional.

En plena Vega, el Genil recibe los aportes de los otros dos ríos, Monachil y Beiro, pero de nuevo sus aguas son captadas para el regadío. Será a su salida de la Vega, cuando el Genil recupere de nuevo su aspecto como auténtico cauce ya que hasta su confluencia con el Guadalquivir, continuamente recibe aportes de los numerosos afluentes que discurren hacia él, provenientes de la Sierras que configuran el cinturón montañoso que rodea la Depresión.


Las acequias y sus ramales son otros elementos formales del aspecto hidrológico. Precisamente su importancia radica esencialmente en dos aspectos, de un lado como portadoras de la mayoría de las aguas de las principales cuencas que atraviesan el territorio, y de otro porque aseguran la distribución del agua por todo el ámbito, posibilitando el regadío. El complicado sistema de funcionamiento y distribución de las aguas de las acequias, tiene unos orígenes remotos pero lo curíoso de la situación y, de donde deriva la importancia de estas, es y sin lugar a dudas, que a ellas se debe el riego de todas las parcelas de la Vega. Otra de las consecuencias que se puede sacar del análisis de este sistema de regadío es la solvencia de las Comunidades de Regantes en lo referido al dominio, cuidado y uso de las aguas que discurren por sus cauces. Este dato pone de manifiesto el papel tan importante que las Comunidades juegan en el desarrollo agrícola de la Vega.

Aguas subterráneas quedan representadas por la existencia del acuífero de La Vega y por la captación que de sus aguas se realiza a través de los numerosos pozos que se extienden por todo el territorio.

Se trata de un acuífero situado en la cuenca del Genil y que comparte ésta con otros sistemas de acuíferos. El origen del acuífero data del Cuaternario, es por lo tanto de formación detrítica. Abarca todo el depósito aluvial del Genil y de sus afluentes de cabecera. La superficie del mismo es de unos 200 Km2 presentando una forma alargada que sigue el eje longitudinal del río en dirección Este-Oeste de unos 22 Km2 de extensión. Los límites laterales del acuífero están marcados por la presencia de materiales más antiguos pertenecientes al Plioceno-Pleistoceno. Los recursos medios oscilan entre los 100 y 250 Hm3/año y provienen de las aguas de escorrentía superficial, inflitración de la lluvia útil caída sobre la superficie del mismo y de las escorrentías subterráneas de otros sistemas de acuíferos limítrofes con él.

Las salidas están localizadas en la zona occidental de todo el sistema y se producen a través de los distintos manantiales con sus diferentes formas: Barras, madres, canales, etc. La alta permeabilidad de los materiales sobre los que se asienta el acuífero, unida a la propia forma del depósito que es prácticamente llana, hacen que la escorrentía superficial generada por las lluvias sea despreciable.

La evolución y uso de la Vega ha experimentado, hasta llegar al estado actual, una larga trayectoria tanto en el aspecto agrícola como en las demás actividades que el hombre ha venido realizando sobre él.

El esplendor de Granada durante la época nazarí se ve reflejado en las constantes alusiones sobre la riqueza de su Vega y de las numerosas alquerías que en ella se encontraban. Aunque no se puede hablar de cifras, la alta densidad de Granada, que en esta época era una de las mayores ciudades, y el carácter intensivo de la agricultura musulmana, permiten sacar como conclusión la existencia de una vida rural bastante intensa, que se iba haciendo cada vez más estable.

La caída del reino nazarí supuso un descenso en la vida de la Vega. Las continuas guerras provocaron el abandono de las tierras en busca de lugares fortificados y más seguros. A este abandono se unió la sobreexplotación que de la Vega se hace con el fin de abastecer la ciudad, que se había visto incrementada en su número de habitantes. Pero la verdadera ruina de la Vega vendrá marcada por el objetivo de los cristianos de irrumpir en los campos y devastarlos, cortando de esta forma el aprovisionamiento de víveres que de ella llegaban a la ciudad. Serán los últimos años de la guerra hispano-musulmana los que sellen esta especial dureza en la Vega de los alrededores de Granada.

El respeto a las haciendas reconocido por las Capitulaciones firmadas en 1492 por los Reyes Católicos, fue el motor de una recuperación lenta pero segura. La población morisca volvió a sus tierras, pero la evolución se vio cortada de nuevo, a consecuencia de las rencillas entre cristianos y moriscos, que acabaron con la expulsión de sus habitantes, por lo que retrocede de nuevo la evolución de varíos siglos.

La expulsión de los moriscos planteó un grave problema económico al reino de Granada: los campos quedaron de nuevo abandonados, campos que habían sido cuidadosamente cultivados por la población morisca y que ahora ni siquiera por el sistema de arriendo se consiguió poner en cultivo debido a la escasez de población. Para paliar este estado de cosas, se llevó a cabo todo un sistema de amojonamientos, deslindes y valoración de los distintos términos municipales con el fin de iniciar una repoblación de nuevos vecinos que ocuparon estos vacíos agrícolas y diesen marcha de nuevo a la producción agraria. Según los Anales de Jorquera, en 1.578, los nuevos vecinos que ocuparon este término de Granada estaban cifrados en 8.637 frente a la población de la ciudad que se cifraba entre los 34.185 a los 34.548 habitantes. En idénticas proporciones se realizaron las nuevas repoblaciones de vecinos en todos los demás términos de La Comarca de la Vega.

La evolución de la población de la Vega, no sólo en el término de Granada, aumentó durante todo

el siglo XVII, según los datos extraídos de los Anales Jorquera, el Catastro de Ensenada y el diccionario geográfico de Madoz. A comienzos del siglo XVIII se observa un ligero descenso de población rural que afecta más al término de Granada que a los municipios que lo rodean. La causa se debió a la decadencia de la seda granadina. La crisis se palió en parte gracias a la sustitución de las moreras por las nuevas plantaciones de lino y cáñamo que darían lugar a una nueva actividad industrial. Estas plantaciones constituirán la base de los cultivos herbáceos que se alternarán con los cereales y las leguminosas.

De nuevo en el siglo XIX, se asiste a un descenso demográfico de la población producido por la crisis que experimentan el lino y el cáñamo, cultivos que se habían constituido en el principal motor de la economía industrial. Esta depreciación de los principales cultivos de la Vega, dejó un importante vacío en las tierras de regadío que solamente se recuperará con la introducción a finales de este siglo y a principios del XX de otro nuevo cultivo: la remolacha.

El nuevo cultivo se erigió en el cultivo industrial más importante que había tenido la Comarca de la Vega desde su antiguo auges con el cultivo de la seda. El esplendor experimentado por el campo se debió a que este cultivo posee un carácter nuevo por el cual la mayor parte del beneficio que produce recae sobre las personas que realizan el trabajo. Se favorece así no sólo al pequeño propietario que ve en él un alto valor productivo para su pequeña explotación, sino a los grandes propietaríos que aumentan los puestos de trabajo, debido a la gran cantidad de labores que requiere tanto en la plantación como en su recolección.

El aumento de riqueza de los propietaríos de las tierras dió un nuevo impulso a la capacidad productiva de la Vega. Y no sólo se benefició el campo, sino que la propia ciudad salió del estancamiento que padecía durante el siglo XIX. Es en estas fechas cumbres cuando más se siente la vinculación que existe entre la Vega y la ciudad. Una manifestación explícita de estos vínculos será la intensa comunicación a través de la red de ferrocariles eléctricos interurbanos que cruzan la Vega poniendo en comunicación directa la capital con todos los pueblos de ésta.

A partir de 1.930 la remolacha entra en crisis y con ella la actividad tanto agraria como económica de la Vega. El resurgir de la ciudad de Granada como centro de actividades más productivas que el campo, provoca la emigración de las personas que ocupaban la Vega, produciéndose de nuevo un vacío en esta zona. A este hecho hay que unirle otra serie de cuestiones que han desembocado en la actual situación.

CUENCAS DE LOS RÍOS GENIL, DARRO Y BEIRO.


El ámbito que comprende las cuencas de los tres ríos, se presenta como área conflictiva ya que en el se detectan situaciones de diversa índole: presencia histórica del paso de tres ríos, zonas de fértil agricultura en las vegas de esos mismos cauces, zonas con acuciantes peligros de erosión por la pérdida del suelo, áreas donde la vegetación clímax está bien representada en su fase inicial, paisajes de inigualable belleza y connotaciones con la vida e historia de la ciudad, enclaves urbanos históricos, Sacromonte, Alhambra, núcleos no tan singulares pero ubicados en el tiempo y con actividades bien precisas: El Fargue.

Situación, límites y extensión

El territorio objeto de estudio que comprende las tres cuencas citadas, se situa en la zona Este del término municipal, aunque como es lógico se extiende hacia el Norte y Sur del mismo término.

Los límites que encontramos en el ámbito son los siguientes: al Norte, los municipios de Viznar, Beas de Granada y Huetor-Santillan, al Este los de Dudar, Pinos Genil y Cenes de la Vega, al Sur, el municipio de Huetor-Vega y al Oeste la ciudad de Granada.

La superficie total de este espacio es de 4.187 Has, 43 a y 29 ca.

El origen y formación de este territorio lo encontramos según indica la cartografía geológica elaborada por el IGME en el periodo Neogéno y Cuaternario y dentro del Tortoniense. Durante esta edad se produce la importante transgresión marina en todo el ámbito de la Depresión de Granada, ya individualizada como tal dentro de la Cordillera Bética. Los materiales que aparecen dentro de la zona de estudio se agrupan en las siguientes formaciones: Conglomerados y arenas "Complejo Alhambra", Arcillas rojas, gravas y arenas. Paleosuelos, Depósitos de derrubios, Aluviales, Arcillas, limos rojos y conglomerados.

Se diferencian dos tipos de relieve basados en su morfogénesis. Por un lado aparece el relieve que integra la Vega de Granada caracterizado por la acumulación de materiales aluviales recientes. Por otro, aparece un relieve fundamentalmente erosivo que afecta a los sedimentos terciaríos recientes y a los cuaternaríos que sobrepasan los 1.200 metros de altitud y que se encuentran en sentido descendente hacia la Depresión. Este tipo de relieve presenta una morfología de pendientes que a veces se presenta de forma alomada y en otros casos se pronuncian llegando a culminar en zonas más escarpadas.

La red hidrográfica pertenece a la cuenca del rio Genil que se completa con las aportaciones por su margen derecha de los afluentes Darro y Beiro.

La dirección de esta red hidrológica: Genil-Darro-Beiro sigue el siguiente trazado:

Genil: Este-Oeste.
Darro: Norte-Sur y Este-Oeste a su paso por Jesús del Valle.
Beiro: Norte-Oeste.

La red de cauces menores que acompaña a esta trilogía hidráulica, manifiesta claramente las direcciones mencionadas, direcciones que a su vez están controladas por las fracturas producidas por la actividad tectónica que existe actualmente en la zona.
El encajamiento de estos cauces menores e incluso la de los cauces mayores es de considerable importancia y aunque muchos de los cauces menores se han perdido por procesos de filtración o de captación, aún quedan huellas de ellos que se manifiestan en la extensa red de barrancos que se distribuye por toda la zona.

Otro factor de importante trascendencia lo constituye la intensa actividad sísmica de la región, asociada a la neotectónica facilitándose así la dinámica de las vertientes que aparecen con grandes movimientos en masa localizados en las zonas ocupadas por materiales terciaríos ofreciendo posibilidades catastróficas en algunos casos.

Las acequias constituyen otro de los elementos formales dentro del aspecto hidrológico que venimos comentando. A través de ellas se asegura la distribución del agua por todo el territorio. Las principales acequias que recorren el territorio son: Aynadamar, la acequia Real, la acequia Gorda del Genil

La distribución de los vegetales no va ligada directamente al relieve, sino que en ella intervienen otros factores como la naturaleza del sustrato, la paleohistoria del territorio, las condiciones ecológicas (ombroclima, termoclima), etc. Desde esta perspectiva el ámbito de nuestro estudio pertenece a la Región Mediterránea y dentro de ella al Sector Malacitano-Almijarense, subsector Alfacarino-Granatense.

Atendiendo a la biogeografía, nos aparece la zona por completo dentro del piso Mesomediterráneo que se extiende desde los 600 metros a los 1.300 aproximadamente.

Según el tipo de sustrato, la vegetación que aparece en el ámbito es:

a) Sobre sustrato calizo

La comunidad climácica es un encinar Paeonio-Quercetum rotundifoliae. Esta comunidad se encuentra muy degradada dando lugar a la aparición de un matorral-aulagar con predominio de Ulex parviflorus, Genista cinerea y Retama sphaerocarpa a veces aparece la coscoja y la chaparra (Quercue coccifera y Quercus rotundifolia) respectivamente. A esta fase le sucede un nuevo estadio constituido por un espartal que está compuesto por gramíneas vivaces tales como Stipa tenacissima y Festuca scaríosa. Por último y ya en suelos escasamente desarrollados aparece un tomillar compuesto por especies tales como Lavandula lanata,Fumana ericoides o el Brachypodium boissieri.

B) Sobre sustrato silíceo

La comunidad climácica es la de la encina: Adenocarpo-Quercetum rotundifolia. Una característica de esta comunidad su pobreza florística. En la actualidad es un bosque muy reducido y su degradación dá lugar a la aparición de un alto matorral de retamas donde sobresalen el rascaviejas (Adenocarpus decorticans), el escobón (Cytisus grandiflorus) y el agracejo (Berberis hispanica). La fase de gramíneas está bastante restringida y se encuentra representado por la aparición de la Festuca scaríosa. La última fase, la del tomillar viene a estar compuesta por especies tales como Lavandula stoechas, Cistus laurifolius, Thymus mastichina, etc.

Dentro de este piso encontramos un estadio más térmico que se extiende hacia los 800 metros que permite la aparición de especies vegetales tales como el lentiso (Pistacea lentiscus), el acebuche (Olea sylvestris) o el olivo (Olea europea).

Las riberas de los ríos constituyen enclaves donde la vegetación pertenece a la geoserie de comunidades higrófilas. La vegetación forestal higrófila de esta geoserie está constituida yendo de lo acuático a lo terrestre por saucedas, alamedas y olmedas, dando paso al encinar climácico. La degradación de estos bosques de ribera viene favorecida principalmente por la ocupación que de estos suelos fértiles hace el hombre ocupándolos con la agricultura y los asentamientos.

La abundancia de los recursos hidráulicos de Granada configuran en gran parte la morfología urbana de su centro histórico. Son numerosos los testimonios que a lo largo de los s.XV al XIX aluden este hecho. Los ríos Darro y Genil, las fuentes, manantiales y riachuelos acaparan la atención de cuantos se acercaban a la ciudad. En las obras de Navagero, Luis del Mármol, Francisco Bermudez de Pedraza, Simonet, Jorquera, Murillo Velarde, Simón de Argote, Pascual Madoz, etc. se hacen continuas alusiones al esplendor y belleza que estos nos marcaban a su paso: valles llenos de frutales exquisitos y espesos como un bosque, riberas frondosas y altas, pobladas de numerosas casitas con jardín y puestas de tal manera entre los árboles que apenas se ven, carácter benéfico-medicinal de las aguas del Darro, hallazgo de arenas auríferas en su lecho, frondosas alamedas, numerosas huertas que dan lugar a bellos cármenes etc.

Hablan todos de la existencia en la ciudad de valles risueños, con series ininterrumpidas de jardines y casas de recreo, espesos bosques de avellanos y de álamos. A su vez, inciden en el nacimiento de ellos de fuentes y arroyos de agua cristalina.

La estructura del territorio viene definida por la evolución que la tierra ha experimentado a lo largo de los años. Esta evolución se refleja en la Propiedad que de ella ha hecho uso y que la ha ido modificando a lo largo de todo el proceso histórico.

Entre los distintos procesos históricos por los que ha pasado la estructura de la propiedad, caben señalar: Renovación de la propiedad tras la conquista cristiana. Concentración de tierras en el siglo XVII en manos de la Iglesia. Nueva reorganización de la propiedad a raíz de la Desamortización en el siglo XIX. Modificación de la propiedad derivada del sistema de subdivisión por herencia. Cambios debidos a la compra-venta acelerados en los primeros años del siglo XX.

Los usos del suelo predominantes son: Los Herbáceos y los leñosos, en lo que se refiere a tierras labradas y, los pastos y especies arbóreas forestales

SÍNTESIS DE CARACTERÍSTICAS DE LAS UNIDADES AMBIENTALES

Unidad de La Vega


DEFINICION GEOLOGICA:
Depósito aluvial.

LITOLOGIA:
Calizas dolomías, Margocalizas y Materiales Silíceos.

GEOMORFOLOGIA:
Forma llana. Cubeta hundida con formaciones montañosas que la rodean.

RELIEVE:
Se puede considerar prácticamente llano.

PERMEABILIDAD:
Zonas más permeables en las márgenes de los ríos debido a la composición del sustrato. El resto presenta menos permeabilidad.

HIDROGEOLOGIA:
Acuífero detrítico cuaternario de la Vega de Granada.

INUNDABILIDAD:
La mayor parte de la zona no presenta riesgos de este tipo, debido a los niveles piezométricos existentes.

CONTAMINACION DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS:
Necesidad de medidas adecuadas que eviten la contaminación del acuífero.

MACROCLIMA:
Mediterráneo Continental.
MICROCLIMA:
Fresco aún en épocas estivales. Subsuelo húmedo. Evapotranspiración de los cultivos y choperas.

PRODUCTIVIDAD:
Excelente capacidad de fijación de la energía y de la materia orgánica. Adecuados niveles de aireación y conductividad.

PRODUCTIVIDAD AGRARIA:
Alta. Debido principalmente a las condiciones edáficas y de irrigación.

ESTETICA DEL MEDIO: PAISAJE.
Alta calidad. Estética de composición resumida en la variedad cromática consecuencia de la diversidad y alternancia de los cultivos. Calidad estética y plástica conformada por el cinturón de montañas que la rodean.

INTERES EDUCATIVO:
Interés de la unidad a niveles educativos, agronómicos, naturalísticos y culturales.

Unidad de la Media Montaña (Cuencas de los ríos Genil, Darro y Beiro).


DEFINICION GEOLOGICA:
Sedimentos terciaríos y cuaternaríos en sentido descentede hacia la Depresión de Granada.

LITOLOGIA:
Cambisoles cálcicos, Regosoles calcáreos, depósitos de derrubios, aluviales, arcillas y conglomerados.

GEOMORFOLOGIA:
Pendientes alomadas y zonas escarpadas.

RELIEVE:
Relieve erosivo con una pendiente media.

PERMEABILIDAD:
Zonas más permeables en las márgenes de los ríos debido a la composición del sustrato. El resto presenta menos permeabilidad.

MACROCLIMA:
Mediterráneo Continental.

PRODUCTIVIDAD:
Alta productividad forestal en las zonas donde la acción antrópica ha sido escasa o donde los procesos erosivos han sido menores.

ESTETICA DEL MEDIO: PAISAJE.
Alta calidad. Estética de composición resumida en la variedad cromática consecuencia de la diversidad y alternancia de los cultivos y las masas vegetales y de repoblación. Calidad estética y plástica conformada por el cinturón de montañas que lo rodean.

INTERES EDUCATIVO:

Interés de la unidad a niveles educativos, agronómicos, naturalísticos y culturales.

EL PAISAJE


En el análisis del territorio, el paisaje constituye un valor al que consideramos expresión de este por ser la síntesis preceptiva del medio. El paisaje a escala amplia se considera como el conjunto de elementos que caracterizan al municipio. Entendido así, el paisaje se puede analizar como el conjunto de los distintos elementos que componen el territorio: suelos, geomorfología, vegetación, etc. De igual forma el paisaje puede ser definido en su análisis como los grandes conjuntos que dan lugar a las unidades territoriales comentadas.

Los paisajes mas destacados producto de lo anterior, se pueden concretar en aquellos marcos de gran belleza y singularidad tales como: los valles encajados del Darro y Beiro, las vegas y como no, el conjunto monumental de la Alhambra con el marco de Sierra Nevada.

La especialización y el despliegue de usos sobre el territorio va consolidando un entramado cada vez más complejo de relaciones y movilidad entre núcleos. El consumo visual se incrementa progresivamente conforme aumenta el numero de sujetos y corredores visuales. La desarticulación formal entre espacios construidos complejiza la funcionalidad territorial. Esto hace más perceptibles los impactos paisajísticos causados por usos y actividades mal imbricados en el territorio de la aglomeración urbana cuya dinámica acelerada, propicia situaciones más o menos descontroladas (vertederos, edificaciones en autoconstrucción) u otras sujetas a criteríos paisajísticos en su ubicación y diseño (canteras, determinadas infraestructuras, determinados desarrollos urbanos, desguaces y chatarrerías, etc.).

En definitiva, los usos urbanos provocan impactos paisajísticos por una desmesurada ocupación del suelo que conlleva destrucción del relieve y vegetación; frecuentes inadecuaciones tipológicas de las edificaciones en medio rural, efectos pantalla cuando se disponen en hileras paralelas a las vías de comunicación y, sobre todo, desvirtualización drástica del paisaje característico del ámbito cuando se construyen zonas residenciales masivas y con alto consumo visual en los relieves inmediatos que bordean la vega. Buena parte de las colinas y rampas que se alzan en el ángulo sureste de la vega se encuentran ocupadas por urbanizaciones que, en muchos casos, se adecúan mal a la topografía -denotando cierto carácter ortopédico- y al entorno ambiental, resultando chocantes perceptualmente. A su vez, los usos industriales añaden, a muchos de los efectos causados por los urbanos, los impactos paisajísticos derivados de un diseño arquitectónico de tipo industrial sobre un espacio agrario cualificado. En determinadas zonas presentan, además, aspecto denigrante por el descuidado estado de conservación y ornato de las construcciones e instalaciones.

El Paisaje expresa las características perceptuales del medio. Al ser la forma de percibirlo, sentirlo ó de interpretar un territorio, nos encontramos con un aspecto complejo de analizar ya que la percepción que realiza el hombre lleva en sí misma una fuerte carga de subjetividad que a su vez, es diferente según el tipo ó cultura del observador que la realiza. A esta primera idea de lo que es el paisaje se le debe añadir algo más: el paisaje es la expresión espacial y visual del territorio. Las transformaciones que en el medio se están llevando a cabo, presuponen pérdidas de los recursos naturales, recursos hasta ahora representados por los ecosistemas que tienen valores productivos ó ecológicos. El nuevo concepto del Paisaje como recurso natural no renovable y fácilmente depreciable, ha despertado interés en el marco de la Ordenación del Territorio.

El paisaje, definido como expresión espacial y visual del medio y considerado como un recurso natural, nos interesa a la hora de definir acciones y de determinar dónde deben localizarse dichas acciones. De esta forma, para abordar el análisis de este aspecto de forma real y aceptable, analizaremos la Calidad y la Capacidad paisajística de la Vega, para encontrar la valoración relativa de este paisaje en concreto, buscando ante todo la utilización óptima del recurso, pasando de ser una limitación de las distintas actuaciones, a ser un elemento más a la hora de tener en cuenta en la ordenación.

El componente del paisaje tierra es el aspecto exterior de la superficie de todo el territorio. La disposición, su naturaleza y sus suelos. Es el componente que sirve de base a los demás aportando las formas y condicionando la distribución de los espacios.

El componente agua. Engloba a todas las formas de agua superficial que discurren en el ámbito estudiado. Bien por el sonido, su movimiento o por su contraste con los componentes que la rodean, constituye otra de las bases de caracterización del paisaje.

El componente vegetal. En nuestro caso la componente vegetal la constituyen los diferentes cultivos. La variedad, el colorido que presentan durante las distintas épocas del año, su distribución y su densidad, nos determinan la textura de este paisaje.

El componente formado por las estructuras o elementos introducidos por las distintas actividades humanas. El papel de estas viene determinado fundamentalmente por su escala en la escena y su disposición en la misma.

Todos los componentes tienen una especial propiedad visual que hace que cada uno pueda caracterizarse por atributos paisajísticos específicos. El principal atributo de los cuatro grandes elementos es la potencialidad actual que presentan.

Por otro lado, los componentes del paisaje se pueden combinar de distintas formas dando lugar a composiciones que provocan escenaríos paisajísticos.

    Página actualizada el: 26/01/2004
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