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Esto no debería ser normal
Actualmente existe el denominado consumo recreativo del alcohol una tendencia por la que se tiende a normalizar el consumo de esta sustancia como articulador del tiempo libre y de carácter social de la juventud.
En España muchos jóvenes y adolescentes beben alcohol, iniciándose en su consumo a edades tempranas. Actualmente la edad de inicio se sitúa en los 13,7 años. El riesgo para su salud física, mental y social adquiere dimensiones preocupantes, siendo un claro predictor de una posible dependencia al alcohol en la edad adulta.
Los efectos del alcohol en tu salud
El consumo de alcohol perjudica tu desarrollo cerebral y puede ocasionarte problemas de memoria y de aprendizaje provocados por el etanol que contienen todas las bebidas alcohólicas.
El alcohol afecta a tu sistema nervioso y reaccionas más lentamente a cualquier estímulo, sobrestimas tu capacidad de aguantar los efectos de una gran cantidad de alcohol, y no eres consciente de los riesgos. No coordinas, caminas y hablas mal… ves mal, aparece el sueño y el cansancio.
También aparecen comportamientos violentos, con tu familia, amigos, profesores…
Aparecen estados de irritabilidad, dificultad para controlar la conducta. El alcohol pasará su factura a la hora de estudiar, trabajar y también lo hará en tu cuerpo: acné, grasa, trastornos en el crecimiento y en la maduración sexual.
Eso si no cometes la tontería de conducir después de beber o subir al coche o la moto de alguien que ha consumido alcohol. (Es muy elevado el número de los accidentes de tráfico que se producen por consumo de alcohol).
En esa euforia que produce el alcohol, puedes practicar sexo sin la debida protección, con las consecuencias que ya sabes (embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual o SIDA).
Y de todo, te enterarás cuando estés sobrio/a. Cuando sea demasiado tarde.
Riesgo en el uso y abuso del alcohol por parte de menores
El consumo de alcohol por este grupo de población es un hábito extremadamente frecuente y se puede afirmar que es la droga más consumida. Pero NO ES UN HÁBITO GENERALIZADO. El problema radica en el hecho de que jóvenes que beben lo hacen en cantidades cada vez más elevadas, siendo cada vez más frecuentes consumos muy elevados de alcohol en cortos períodos de tiempo ("binge drinking") Esto aumenta la frecuencia de episodios de embriaguez, y este hecho forma ya parte de la CULTURA JUVENIL DE ALCOHOL.
Al consumir alcohol las personas jóvenes se sienten más divertidas, charlatanas y sociables. En este sentido, a corto plazo sólo son conscientes de las sensaciones agradables que produce su consumo. Pero a pesar de estas sensaciones agradables que produce el consumo, la mayoría de jóvenes y adolescentes que consumen alcohol ha presentado efectos orgánicos graves al menos en una ocasión.
Factores de riesgo en el consumo de alcohol
- Alteraciones de las relaciones con la familia, compañeros/as y maestros/as.
- Agresiones, violencias, alteraciones del orden público.
- Adopción de conductas de alto riesgo, como conducir tras haber bebido, primera causa de mortalidad en este grupo de edad.
- Actividades sexuales de riesgo, que conllevan embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
- Incremento de la enfermedad alcohólica y de serios problemas de dependencia en jóvenes.
- Alteraciones en los procesos de memoria y aprendizaje, con cambios cerebrales, tanto a nivel funcional como estructural, y con diferencias del daño observadas en chicos y chicas, producidas por los diferentes patrones de consumo.
- Algunas investigaciones sugieren que:
1. El consumo excesivo de alcohol en la adolescencia desciende los niveles de hormonas sexuales (estrógenos, hormona luteinizante y testosterona) y de las hormonas de crecimiento tanto en chicos como en chicas.
2. Los/as adolescentes que beben excesivamente experimentan efectos adversos en su hígado (elevación de enzimas hepáticas: GGT y ALT), huesos (se ha observado una disminución de la densidad ósea), crecimiento y desarrollo endocrino.
3. El cerebro del adolescente pudiera ser más sensible a los efectos dañinos del alcohol que el de personas adultas, pero es incuestionable que la exposición temprana al alcohol es un claro predictor de una posible dependencia al alcohol en la edad adulta.
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
El cannabis es, con mucho, la droga ilícita más ampliamente cultivada, tratada y abusada. El cannabis se ha relacionado más estrechamente con la cultura juvenil y la edad de inicio suele ser inferior a la de otras drogas.
Los efectos agudos del consumo de cannabis han sido reconocidos durante muchos años, y estudios recientes han confirmado y ampliado hallazgos anteriores. Estos se pueden resumir de la siguiente manera:
El cannabis perjudica el desarrollo cognitivo (capacidades de aprendizaje), incluidos los procesos asociativos; la retirada gratuita de los elementos aprendidos previamente a menudo se ve afectada cuando se usa cannabis durante los períodos de aprendizaje y recuerdo
El cannabis perjudica el rendimiento psicomotor en una amplia variedad de tareas, como la coordinación motriz, la atención dividida y las tareas quirúrgicas de muchos tipos; el rendimiento humano en maquinaria compleja puede verse afectado hasta 24 horas después de haber fumado tan poco como 20 mg de THC en cannabis; existe un mayor riesgo de accidentes automovilísticos entre las personas que conducen cuando están intoxicadas con cannabis.
Efectos crónicos del consumo de cannabis sobre la salud
- Deterioro selectivo del funcionamiento cognitivo que incluye la organización e integración de información compleja que involucra varios mecanismos de atención y procesos de memoria.
- El uso prolongado puede provocar un mayor deterioro, que puede no recuperarse con el cese del uso y que podría afectar las funciones de la vida diaria.
- El desarrollo de un síndrome de dependencia del cannabis caracterizado por una pérdida de control sobre el consumo de cannabis es probable en usuarios crónicos.
- El consumo de cannabis puede exacerbar la esquizofrenia en las personas afectadas;
- La lesión epitelial de la tráquea y los bronquios principales es causada por el tabaquismo a largo plazo.
- Lesión de las vías respiratorias, inflamación pulmonar y alteración de la defensa pulmonar contra la infección por el consumo persistente de cannabis durante períodos prolongados.
- El consumo excesivo de cannabis se asocia con una mayor prevalencia de síntomas de bronquitis crónica y una mayor incidencia de bronquitis aguda que en el grupo no fumador.
- El cannabis utilizado durante el embarazo se asocia con un deterioro en el desarrollo fetal que conduce a una reducción en el peso al nacer.
- El consumo de cannabis durante el embarazo puede llevar al riesgo postnatal de formas raras de cáncer, aunque se necesita más investigación en este área.
- Las consecuencias para la salud del consumo de cannabis en los países en desarrollo son desconocidas debido a la investigación limitada y no sistemática, pero no hay razón para esperar, a priori, que los efectos biológicos en los individuos de estas poblaciones sean sustancialmente diferentes a los observados en los países desarrollados. Sin embargo, otras consecuencias pueden ser diferentes dadas las diferencias culturales y sociales entre países.
Usos terapéuticos de los cannabinoides
Varios estudios han demostrado los efectos terapéuticos de los cannabinoides para las náuseas y los vómitos en las etapas avanzadas de enfermedades como el cáncer y el SIDA. El dronabinol (tetrahidrocannabinol) ha estado disponible por prescripción durante más de una década en los Estados Unidos. Otros usos terapéuticos de los cannabinoides están siendo demostrados por estudios controlados, que incluyen el tratamiento del asma y el glaucoma, como un antidepresivo, estimulante del apetito, anticonvulsivo y antiespasmódico, la investigación en este área debe continuar. Por ejemplo, una investigación más básica sobre los mecanismos centrales y periféricos de los efectos de los cannabinoides sobre la función gastrointestinal puede mejorar la capacidad de aliviar las náuseas y los vómitos. Se necesita más investigación sobre la neurofarmacología básica del THC y otros cannabinoides para poder encontrar mejores agentes terapéuticos.
Fuente: Organización Mundial de la Salud